miércoles, 6 de abril de 2016

Así nos ven: Redes, territorio con magia

Abril lluvioso, ventoso o soleado, no detiene la primavera  en Redes, como no se detiene esa vida tan ligada a la naturaleza de bosques y montañas que atrae a lugareños y visitantes. Es la magia de una tierra que se lleva siempre en el corazón, por aquello de las raíces, los recuerdos y los afectos. Y, como cantaría Víctor Manuel: "todas son como tú, pero no te pareces a ninguna". Por eso agradezco al periodista lavianés, Carlos Cuesta estas palabras para mi página, un precioso preludio de primavera. Así nos ve él:

Carlos Cuesta. Periodista.

Todo el perímetro del Parque Natural de Redes está sujeto a la realidad de la memoria, a esa memoria íntima que todo lo inunda y lo conserva con verdadera nitidez en la mente y en la retina del viajero verdadero. Su paisaje intenso, sus colladas, sus valles, sus ríos, sus gentes, sus pueblos, sus hoces, sus majadas, su esencialidad vital y  especialmente su alma perenne que atrapa en segundos al visitante accidental.
 Y hablar de Redes es adentrarse en viejos episodios cargados de recuerdos, volver a vivir historias de ámbito rural y montañés, descubrir entornos cautivadores y perderse por los innumerables caminos que jalonan esta bella y animada Reserva de la Biosfera. Y en verdad, Redes forma parte de mi vida, de mis sentimientos y de mi geografía sentimental ya que siendo un niño y acompañado de mi padre y de varios amigos montañeros recorrí los amables vericuetos de estos espacios silentes y boscosos, pude dormir en cabañas de pastores en la Vega de Brañagallones y a la hora del fuego nocturno observar el ambiente de parlamento, camaradería y familiaridad que existía en ese reducto de pasión y afecto entre cafés y el sonido lejano de las esquilas del ganado. Por todo ello, Redes es mi expresión sentida, mi contorno loable y una tierra que amo con nobleza, altruismo y esplendor.
  Hoy suelo acercarme a este territorio con frecuencia y disfrutar de esa naturaleza brava, de su explosión luminosa, del color ambiental, de sus ríos, sus alturas, sus roquedales y de esos momentos sosegados donde soltar una parrafada con los parroquianos-en la plaza del pueblo o en el viejo bar de la esquina- a la vez que te cuentan sus historias ganaderas y sus sensaciones envueltas en saber y esfuerzo cotidiano. Y Redes con su panorama de toque mágico y aceptación armónica, es lugar de equilibrio entre el propio paisaje y el paisanaje, siglos de coexistencia del medio y del habitante y todo ha llegado hasta ahora como siempre ha sido, natural, límpido, verde, acuático, complejo, etnográfico y pasional. Y ahí reside la fuerza y la grandeza de estos pagos del alto Nalón que buscan con ahínco ganar la modernidad sin perder su realidad ancestral y su momento de raíz rural con el aprovechamiento y explotación agrícola y ganadera.
  Y estos enclaves de los concejos de Caso y Sobrescobio-casinos y coyanes- tienen el halo de la atracción geográfica. Todo un monumento natural que está ahí presente y cercano para que el animoso viajero descubra paso a paso esas virtudes montañesas, esas viejas historias de filandón, esas leyendas en torno al fuego espiritual de las chimeneas en los difíciles y fríos inviernos, esos epigramas de la vida misma en estos lugares de linaje y manantial. Y por supuesto vagar por esos imposibles senderos ocultos entre la foresta amiga, observar esa fauna generosa, huidiza y dinámica, oler la poderosa flora de los hontanares y escuchar con devoción franciscana el murmullo impasible de los regatos y cascadas que inundan estos espacios de salud y amabilidad. Y después de rastrear picos, hoces y vegetación alpina se alcanzan pueblos  con sabor local enganchados a las rocas como Caleao, La Felguerina, Pendones o Bueres y más al llano como Campo de Caso, Bezanes, Rioseco o Soto de Agues, lugares de parada y fonda que invitan a dar un paseo liviano por sus callejas y plazas, todos ellos adornados con los típicos hórreos y paneras que ofrecen una singular visión del universo tradicional y autóctono de su arquitectura. Y si el apetito se presenta raudo, las casas de comidas de estos sitios de montaña ofertan al visitante con lo más genuino de sus elaboraciones. Y en esos cálidos locales nunca falta una sopa de hígado, un sabroso cabritu con patatinos, cordero al horno, derivados del cerdo como el picadillo con tortos o unas uñas estofadas, unos excelsos callos o la cocina de la venatoria, sin olvidar el queso casín de la zona, las compotas, las galletas horneadas, los borrachinos o el bizcocho casero. Un abanico comensal preñado de sabor, hechura femenina y platos de enjundia que hacen de Redes un lugar con la impronta de lo bien elaborado y las sensaciones de vivir una jornada poderosa y complaciente. Un paisaje, el de Redes, que parece de ficción pero que sin embargo es real como la vida misma y ofrece al viajero la fertilidad de una tierra abierta, magnánima y de fidelidad compartida. Esas son mis sensaciones de un territorio vivo, aguado, asimétrico, montañés, gentil, misterioso, habitable, sencillo, cinegético, turístico y hospitalario. 



Fotografía: Desde Faidiellu, de Carolina Gutiérrez García.



Lo que nos une...

A veces las cosas son lo que parecen: el tercero en discordia también quiere más. Pero,  lo que no puede ser, no puede ser y,  además, es imposible. Con esa sensación seguimos desde el pasado Diciembre. Sin embargo, lo que sí es posible es practicar el arte de la sencillez y la claridad en cualquier cara del poliedro que es nuestra vida,  incluida la política y la periodística.Ya nos lo decía un profesor: "hay que redactar las noticias como si se las contarais a vuestra abuela". No porque las abuelas fuesen tontas, sino porque a medida que se cumplen años las cosas se quieren más claras: o blanco o negro. No obstante, volvió a ser gris la fumata en el panorama político la pasada semana. Y así seguimos ésta. Ni si, ni no, ni todo lo contrario, interpretan la mayoría de los españoles tras la enésima reunión de fuerzas políticas para dar una solución en la formación de Gobierno. También hay quien tuvo la sensación, recién pasadas las películas sobre el Antiguo testamento, que se piden cabezas como la de Juan bautista en bandeja, a cambio de algunas danzas.. El caso es que Pablo  llegó con un libro sobre baloncesto para Pedro para comenzar a dialogar sobre lo que les unía. Asimismo, algo tendrá que ver también aquello de que hay que colocar el listón alto para ir bajándolo porque los planes no se cumplen tal como nos los plantemos la mayoría de las veces. Por lo demás, para quien no está muy metido en la nueva terminología política española, a voz de pronto lo del 171 o lo de a la valenciana, más bien podría sonarles a una nuevo postura del kamasutra o a una desconocida modalidad de arroz.

Nuevo quebranto en las arcas públicas, dice Pepa Bueno. Por aquello de lo rápido que se hacen viejas las noticias -y como fondo el sin vivir en que nos tiene sumergida tanta reunión a dos o a tres, según pinte- esta semana toca hablar de evasión de impuestos. Está claro que la avaricia rompe el saco, y que poco tiene que hacer la ética ante el instinto del más tengo más quiero, aún cuando "un hombre solo puede techarse con un paraguas",que tantas veces decía mi padre.. En efecto , lo que nos une suele ser mucho más de lo que nos separa, hasta en la mala praxis.

El tema de los refugiados, ahí sigue, como la noticia molesta que unos días tratamos de puntillas y otros con más atención. Creo entender,en las primeras informaciones de hoy, que la Unión Europea ha dado un pequeño paso supranacional para resolver la tragedia; unas medidas más humanas que intentarán evitar la verguenza de tratar a la mayoría de esas personas como prisioneros y que vulneran principalmente los sagrados derechos de la infancia

Escucho, por otra parte, que en España ha aumentado el número de suicidios causados por la depresión; la hermana pobre de las enfermedades pero el cáncer de las enfermedades mentales. Por eso, oír cantar a viva voz un bolero a una persona que lleva años sin hacerlo es un esperanzador comienzo para una mañana de invierno en primavera: "Y volver, volver,volver...".

Que tengáis un buen martes, a pesar de los quebrantos, de los Egos, y de lo variable del tiempo. El refranero sigue siendo sabio: "Quien por Navidad se asoleya, por Pascua quema la leña", aunque también podríamos quedarnos con aquel más cálido que dice: "Marzo airoso y Abril lluvioso traen a Mayo florido y hermosos". Sea como sea, "Abril, la primavera  amaneció....", que canta María Dolores Pradera.