miércoles, 18 de abril de 2012

A mal tiempo... buena cocina





"¿Por qué casi siempre nos da por hacer rosquillas caseras en días lluviosos?" 



Los meses de vientos de agua ofrecen tardes propicias para encerrarse en la cocina a elaborar esos platos pendientes. Solemos decantarnos por los dulces en días grises. Todo lo que contribuya a un ambiente cálido es lo que más reconforta en estos días en que la nieve coquetea por las montañas cercanas y sopla el cierzo y las tramontana. Luego cada quien acompañará esas delicias con el "líquido" que más le sea propicio.

Ya habrá tiempo para los arrepentimientos por los abusos con los dulces y sus componentes. "Que nos quiten lo bailao", después de habernos pasado unas horitas concentradas en el placer de elaborar esas apetitosas pastas, unas irresistibles magdalenas, unas "casadielles", el pastel de tres chocolates de la
última receta adquirida -que para algo tienen que valer los numerosos blogs de cocina que circulan por la red- o los atractivos bombones artesanales. El posterior orgullo que nos produce el agrradecimiento de los comensales -el nuestro ya fue dejándose entre prueba y prueba-  bien vale unas cuantas tades de amenazadores nubarrones .

Claramente lo expresó Ferrnan Point: "No se  puede cocinar bien si no se pone en ello el corazón. Por encima de todo se trata de reunir en torno a la mesa sentimientos de amistad y de fraternidad". La seducción de un plato elaborado en casa, y expuesto a los comensales con la intención de una delicatessen, tiene tanto recorrido como el alma de su autor@. Y el sabor a mantequilla frresca, a vainilla, a canela, a cacao... nos ofrecen el aroma de quien ama todo cuanto hace.

Esos postres cuya elaboración solemos postergar para días en los que "no está para otra cosa" -utilizo el plural mayestático por comodidad
expresiva ya que la preparación de platos dulces no es precisamente lo mío- cambian el sentido del tiempo y hacen posible que se reviertan las horas de grises melancolías en aromas a cocinas vivas, recuerdos tradicionales y ambientes adecuados para las delicias del paladar . Incluso se dice que para los ricos de ahora uno de los mayores gozos es comer un auténtico postre artesanal; tal vez porque haya cosas que todavía no se pueden comprar con dinero.

La alquimia de los trabajos en las cocinas, lugares en la actualidad con lo fundamental para sentirse como el obradorio del mejor cheff, tiene algo de sagrado. A nadie le puede sentar mal degustar uno de esos manjares de los que alguna de mis amigas son especialistas. Además, como dice una de ellas, autora de una singular dieta: "no puede ser malo para un metabolismo equilibrado la sensación de felicidad que produce comer en armonía lo que unas manos elaboraron y presentaron con sus mejores intenciones... La felicidad es imposible que engorde".






Entre hornada y hornada un vistacito al ordenador, compañero ya inseparable de nuestras hazañas; hasta las culinarias... Y, si es para esto, que siga silbando el viento .... ¡Buen provecho!







Imágenes de postres hechos por algunos de mis amigos y amigas ; además de alguno elaborado por el "cocinitas" con el que vivo...


Continuará...