domingo, 8 de enero de 2017

Este año voy a ser mala


Querida vida: "Este año voy a ser mala", dice mi amiga Luna arqueando su ceja derecha y estirando el rizo caoba que le cuelga sobre la frente. "Voy a pinchar como las hojas del acebo, reservar mis bondades para círculos exclusivos y mis mejores frutos solo para quien los merezca. Voy a actuar segura como el lobo en la noche, atacar objetivos nítidos como halcón en la  tarde o molestar cuando lo considere como la menos romántica mosca cojonera de un mediodía veraniego", prosigue cuestionándose lo mismo que los niños buenos a los duendes que pueblan la Navidad,  que no han visto la parte justa de la historia porque a los malos les han traído lo mismo o más.  Luna, la misma que asegura que esperar que el mundo te trate bien por ser bueno es lo mismo que esperar que no te coma un tigre por ser vegetariano, está convencida de que derrochar bondad no sirve para mucho, por lo que se propone racionalizarla. A ver, entiéndase en esta ocasión esa clase de bondad a ciegas, que da oportunidades hasta al más canalla de los mortales. Así que mi querida amiga ha hecho una lista de propósitos a la inversa que jura empezar a cumplir en breve, porque la decisión merece un entrenamiento previo. Sin olvidar que a ella le cuesta archivar malos rollos y tener en cuenta mucho rato daños inexplicables de comportamientos ajenos.