lunes, 28 de septiembre de 2015

¿Qué es un refugiado, mami?




“Los abuelos, tu sobrina, Lola y Ernesto, tu vestido favorito, el agua fresca, la vecina del quinto, tu desayuno calientito, las fiestas de tu calle, Pepita, el sol y tus amigos… todo, absolutamente todo desaparece si te conviertes en refugiado” 
(Campaña 2003/04 en radio y televisión del comité español del ACNUR)


Por circunstancias de la conciliación familiar me vi en la necesidad de llevar a mi hijo pequeño a una reunión en la que se trataba el estado de los proyectos y protocolos para con los millones de refugiados que esperan a las puertas de Europa. "¿Qué es un refugiado, mami?". Son esos seres humanos que huyen de sus países para alejarse de guerras, hambres, persecuciones políticas y demás miserias. Nada como la sencillez de una respuesta, sobretodo si va dirigida a los niños, capaces cuanto menos edad de ver la simpleza de las cosas con la claridad de quien no se anda por las ramas: "En nuestro país hubo un tiempo en que también se fueron muchas personas en las mismas condiciones. Tú los has visto es esas películas que a veces miramos juntos, y  que tanta rabia e impotencia nos despiertan..Siempre preguntas ante tanta desolación que si no había ningún héroe para defenderles, y yo trato de hacerte comprender que los héroes solo existen en la ficción; si acaso se convierte en algo poderoso y real la voluntad de muchas personas por hacer un mundo mejor y la enseñanza de experiencias pasadas". O allgo parecido creo que te conté

Esa espina siempre inoportuna del refugiado remueve ahora planes e itinerarios  que Europa en general y España en particular no sabe bien cómo programar sin que el dolor no sea muy grande. Vamos,que pobrecitos niños con ojos hambrientos, mamás con miradas desesperadas,  jóvenes sin futuro, hombres y mujeres impotentes ante todo y viejos con algo más que sus años a cuestas. Pero el problema de su reubicación le está viniendo grande a este primer mundo que, avisado desde hace varios años de estas oleadas de seres humanos en busca de protección, no acababa de creérselo y pecó por falta de previsión. Y luego, esa foto impactante de un niño muerto en una playa, que ha removido más conciencias que todo un archivo de datos; no sé si por aquello de que una imagen vale más que mil palabras o porque necesitamos de la evidencia más dura para entender. Pero, acostumbrados como estamos a la inmediatez de la imagen de tragedias lejanas,el olvido no tarda en llegar, volviendo a la vieja retahíla de que bastante tenemos para nosotros...

Ahora apura el tiempo para que las cosas sigan su curso sin alterar la paz, la economía y la convivencia de los europeos,unos más reacios que otros a compartir su territorio con extranjeros que no conocerán su lengua, sus tradiciones ni sus dioses.Hay que hilar fino para que los repartos se desarrollen con profesionalidad,y dejar en manos de los expertos en estas situaciones los pasos a seguir. Porque son admirables los gestos de quienes voluntaria y personalmente les ofrecerían un cuarto en su casa o uno de sus pisos vacíos, pero la experiencia dice que ese no es el camino. Aunque suene poco romántico, no debemos olvidar que la visita y la pesca a los tres días apesta, y lo que hoy es un acto de solidaridad altruista mañana se puede convertir en un callejón sin salida. Mejor prever las ubicaciones con un buen análisis de presente, pasado y futuro, las correspondientes circunstancias socioculturales y personales de los que buscan asilo y después bienvenidas sean todas las facilidades para mejorar su situación, digna de compasión y merecedora de una oportunidad en cualquier caso. Así se evitará, en la medida de lo posible, cualquier tentación hacia la xenofobia,la incomprensión y el hastío. Nada que pueda parecer una limosna, sino un acto de justicia.

En el capítulo de datos, voy recopilando algunos que desconocía (yo solo sé que no sé casi nada): ¿Sabíais vosotros que los niños africanos albinos son perseguidos en sus países porque se les atribuyen ciertos elementos mágicos supersticiosos por su condición diferente, con lo que deben eliminarse para que la mala suerte no afecte a la Comunidad?.¿Que los sirios cristianos son especialmente acosados en su tierra o que una de cada cuatro mujeres es sometida a violaciones, casamientos forzosos o secuestros en algunas naciones en guerra?  Por otro lado es importante recordar, a modo de comparación, que una manta térmica o una botella de agua envasada es todo un lujo para un refugiado... Y de paso, recordar una canción http://youtu.be/D5wedbFQq5k

Por lo demás, una reflexión sobre la importancia de tener un refugio -bonita palabra, por cierto- a donde dirigirse en caso de un naufragio de cualquier modalidad..Al fin y al cabo todos en algunos momentos somos, hemos sido o seremos refugiados de algo. Quién no ha buscado en un abrazo, una palabra de aliento, una sonrisa franca o una mirada segura el cobijo para sus angustias. Esa búsqueda de la que no está libre ningún individuo y que nos bastaría para comprender a quienes además de esas guaridas personales tienen en juego su vida, la de sus hijos y la de su pueblo. Nada como este texto para entender la importancia de hacerles la vida menos difícil : En la mayoría de los casos, es suficiente con un simple buen gesto.“Cuando te encuentres con un refugiado, imagínate cómo se debe sentir. Y en vez de darle la espalda, ofrécele una sonrisa. Tal vez no parezca gran cosa. Pero para un refugiado puede serlo todo”
(Carteles de La Agencia de la ONU para los Refugiados)


Fotografía 1: Refugiados españoles de la Posguerra despidiéndose de sus familias;muchos de ellos para siempre.
Fotografía 2:  En una jornada sobre la atención a las personas refugiadas, organizada por el Principado de Asturias,la Federación Asturiana de Concejos, la Coordinadora de ONG del Principado de Asturias y la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

El poder de la solidaridad

  • "Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo"Eduardo Galeano


"Caminábamos juntos para sentir que compartíamos el aire, el ruido del río, el olor de la tierra, la sombra de las montañas. Sembrábamos de palabras cada recodo del camino y teñíamos de sueños cada minuto que avanzábamos. Porque la solidaridad de otros pasos cercanos y de otras manos extendidas es la mayor muestra de ternura y la fuerza más poderosa... " B. R.

Hoy una caminata corta para invitaros a todos y a todas a participar en la Carrera Solidaria de la Mujer que se celebrará en Sobrescobio el próximo 18 de Octubre.  Andarines y corredores compartiendo nueva senda por una causa que de un modo u otro nos atañe a todos. Además de los beneficios materiales, sentir que estamos arropados en cuerpo y alma por nuestros semejantes cuando luchamos por un problema que tambalea nuestras vidas nos da impulso para enfrentarlo, Hoy por ti y mañana por mí o uno para todos y todos para uno, que dirían los famosos mosqueteros. 

El trayecto Soto de Agues-Rioseco será el próximo escenario de esa solidaridad femenina que, a buen seguro, contará también con la participación de nuestros chicos porque hace mucho que el rosa ya no es excluyente.  

Allí nos veremos esa mañana de Octubre, cuando el manto del Parque de Redes ya estrenará sus nuevos colores de otoño. Un pretexto más para reencontrarnos en Sobrescobio y compartir pasos y palabras. Esperemos que el tiempo también sea solidario; de lo contrario danzaremos bajo la lluvia... Siempre nos quedará un Plan B.









jueves, 17 de septiembre de 2015

¡Ahora vuela...!

A mi querido padre, que ha jugado su última partida con el coraje y la dignidad que puso en todas las cosas de su vida.

Se aproxima el Día del padre y más que nunca comprendo la famosa frase de que "un@ no deja de ser niño mientras tenga un padre al que acudir".  Seis meses después de esto que había escrito como la única oración en la que creo; la del recuerdo, el amor y la bondad, actualizo mi entrada. Poco que añadir a mis palabras, salvo que este año la primavera ya no será la misma porque nos falta él para disfrutar de esos rayos que calientan más las mañanas y hacen más alegres los atardeceres. Nos falta para preguntar si habrá muchas truchas en el río, ahora que se aproxima la pesca -una de sus aficiones favoritas mientras que la salud se lo permitió- y para comer un buen plato de arroz con pollo el día de San José, su manjar favorito.Precisamente hoy tenemos ese menú en nuestra mesa. Pero, aunque ya nada pueda ser igual, los cerezos están a punto de florecer, y el tuyo también.

En los últimos años años, cuando ya tu enfermedad te impedía moverte con normalidad, me decías muchas veces que soñabas con que caminabas ligero por tus prados más empinados y que casi podías correr por los montes que te vieron nacer. "Para eso están los sueños; para vivir imposibles", te respondía yo.

Nunca pensé que pudiera enfrentar con tanta paz verte marchar para siempre. Me reconfortaba acariciar cada día de este tiempo de descuento la cicatriz de tu frente morena, tus manos huesudas, y siempre con dolor en los últimos años. ¡Ay esas manos que empuñaron el pico en la mina, la guadaña en el campo, los enseres de carpintería e incluso la paleta de albañil! Dedos largos y hábiles que tantas truchas han pescado por el Río Alba, y rápido aprendieron el arte de jugar a los bolos, en los que fuiste un campeón con la zurda. Me entristecía mucho oírte decir: "ya nun valgo pa ná", cuando te pedían que les hicieses una demostración en el juego asturiano por excelencia.

Salió el arcoiris nada más irte ese miércoles ya inolvidable de Septiembre, como si quisieras decirnos que la vida tiene un color cada día.  A buen seguro que sacarías el genio si nos vieses lamentarnos más de la cuenta. Y sé, autónomo como siempre fuiste, que sólo nos pedirías que cuidásemos de la persona que más te echará de menos y que tanto te cuidó a ti,mi madre.  La misma que, poco dada a hacer confidencias y sufrida como pocas, nos cuenta ahora que tu le comentabas que lo que más sentías de morirte era por tus dos nietos.  

Yo, poco confiada en lo que habrá más allá, nunca necesité tanto creer como ahora en cómo los recuerdos son lo único que nadie puede arrebatarnos. Asimismo, estoy segura de que habremos de sentirte en cada suplo de viento en otoño, en la nieve que tanto te gustaba contemplar desde tu chimenea, en los primeros brotes de la primavera y en las cálidas tardes de los verano; cuando te sentabas a comer un helado a la sombra de vuestra casina verde, ignorando las amenazas de la gota y el colesterol, sacando a menudo esa retranca que siempre te caracterizó y que tanto nos ayudaba a desdramatizar muchos momentos

Si algo bueno han tenido estos días de despedida ha sido la constancia de que hay personas que nos aprecian de verdad, y haber conocido a otras que ya forman parte de las que se quedarán para siempre en nuestras vidas. A todas ellas quiero agradecerles desde aquí haber estado presentes de múltiples maneras.

Nos has dejado bien dicho que el día que llegase tu hora no querías ningún tipo de duelo ni de ceremonia. Y así estamos respetando sus deseos, ¡cómo para llevarte la contraria!. Lo que no implica que sean bienvenidas todas las muestras de afecto que recibimos.

Vuela ahora a donde te apetezca, querido padre, libre de dolores y de penas. Sigue jugando esas partidas de tute que te hacían olvidar tus males algún que otro domingo y permítete ya sin sentirte culpable el lujo de un chupito de whisky, con el que tus amigos de tertulia -que ya te extrañan desde hace días- brindarán y te recordarán. "Nada que lamentar, ya taba el camín andau", seguro que les dirías. Nosotros te prometemos no olvidarte y nos esforzaremos por ser dignos de pertenecer al tronco de ese roble protector que siempre has sido.




¡Ahora vuela...!

A mi querido padre, que ha jugado su última partida con el coraje y la dignidad que puso en todas las cosas de su vida.

Se aproxima el Día del padre y más que nunca comprendo la famosa frase de que "un@ no deja de ser niño mientras tenga un padre al que acudir".  Seis meses después de esto que había escrito como la única oración en la que creo; la del recuerdo, el amor y la bondad, actualizo mi entrada. Poco que añadir a mis palabras, salvo que este año la primavera ya no será la misma porque nos falta él para disfrutar de esos rayos que calientan más las mañanas y hacen más alegres los atardeceres. Nos falta para preguntar si habrá muchas truchas en el río, ahora que se aproxima la pesca -una de sus aficiones favoritas mientras que la salud se lo permitió- y para comer un buen plato de arroz con pollo el día de San José, su manjar favorito.Precisamente hoy tenemos ese menú en nuestra mesa. Pero, aunque ya nada pueda ser igual, los cerezos están a punto de florecer, y el tuyo también.

En los últimos años años, cuando ya tu enfermedad te impedía moverte con normalidad, me decías muchas veces que soñabas con que caminabas ligero por tus prados más empinados y que casi podías correr por los montes que te vieron nacer. "Para eso están los sueños; para vivir imposibles", te respondía yo.

Nunca pensé que pudiera enfrentar con tanta paz verte marchar para siempre. Me reconfortaba acariciar cada día de este tiempo de descuento la cicatriz de tu frente morena, tus manos huesudas, y siempre con dolor en los últimos años. ¡Ay esas manos que empuñaron el pico en la mina, la guadaña en el campo, los enseres de carpintería e incluso la paleta de albañil! Dedos largos y hábiles que tantas truchas han pescado por el Río Alba, y rápido aprendieron el arte de jugar a los bolos, en los que fuiste un campeón con la zurda. Me entristecía mucho oírte decir: "ya nun valgo pa ná", cuando te pedían que les hicieses una demostración en el juego asturiano por excelencia.

Salió el arcoiris nada más irte ese miércoles ya inolvidable de Septiembre, como si quisieras decirnos que la vida tiene un color cada día.  A buen seguro que sacarías el genio si nos vieses lamentarnos más de la cuenta. Y sé, autónomo como siempre fuiste, que sólo nos pedirías que cuidásemos de la persona que más te echará de menos y que tanto te cuidó a ti,mi madre.  La misma que, poco dada a hacer confidencias y sufrida como pocas, nos cuenta ahora que tu le comentabas que lo que más sentías de morirte era por tus dos nietos.  

Yo, poco confiada en lo que habrá más allá, nunca necesité tanto creer como ahora en cómo los recuerdos son lo único que nadie puede arrebatarnos. Asimismo, estoy segura de que habremos de sentirte en cada suplo de viento en otoño, en la nieve que tanto te gustaba contemplar desde tu chimenea, en los primeros brotes de la primavera y en las cálidas tardes de los verano; cuando te sentabas a comer un helado a la sombra de vuestra casina verde, ignorando las amenazas de la gota y el colesterol, sacando a menudo esa retranca que siempre te caracterizó y que tanto nos ayudaba a desdramatizar muchos momentos

Si algo bueno han tenido estos días de despedida ha sido la constancia de que hay personas que nos aprecian de verdad, y haber conocido a otras que ya forman parte de las que se quedarán para siempre en nuestras vidas. A todas ellas quiero agradecerles desde aquí haber estado presentes de múltiples maneras.

Nos has dejado bien dicho que el día que llegase tu hora no querías ningún tipo de duelo ni de ceremonia. Y así estamos respetando sus deseos, ¡cómo para llevarte la contraria!. Lo que no implica que sean bienvenidas todas las muestras de afecto que recibimos.

Vuela ahora a donde te apetezca, querido padre, libre de dolores y de penas. Sigue jugando esas partidas de tute que te hacían olvidar tus males algún que otro domingo y permítete ya sin sentirte culpable el lujo de un chupito de whisky, con el que tus amigos de tertulia -que ya te extrañan desde hace días- brindarán y te recordarán. "Nada que lamentar, ya taba el camín andau", seguro que les dirías. Nosotros te prometemos no olvidarte y nos esforzaremos por ser dignos de pertenecer al tronco de ese roble protector que siempre has sido.