viernes, 22 de mayo de 2015

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"Generalizar siempre es equivocarse" Hermann  Keyserling 
Lo primero que nos enseñaron de la lógica filosófica, allá por el BUP, fueron las premisas y sus proposiciones, anteriores a la conclusión: "Todos los hombres tienen barba. Por tanto, David es hombre, David tiene barba". Pero no todas las premisas, cuna de muchas generalizaciones erróneas, tienen han de ser ciertas.

Los banqueros, avariciosos. Los médicos mata-sanos. Los periodistas, mentirosos. Los políticos, corruptos. Las fuerzas de seguridad, abusadoras. Los jueces, injustos. Los mineros, borrachos y dinamiteros. Los profesores, con excesivas vacaciones. Los científicos, despistados. Las rubias, tontas. Los de camisita de rayas, pijos, etc... Y así una etiqueta para cada oficio o fisonomía. Como en cada marca podemos encontrar miles de excepciones, no caigamos en la opción facilona de meter a todos en el mismo saco.

Ayer me comentaba una mujer que ahora ocupa un cargo político relevante que, cuando decidió presentarse a unas listas políticas por primera vez, uno de sus hijos adolescentes le dijo: "mamá, te lo suplico, no te metas ahí ,que todos los políticos son unos chorizos. Yo le contesté: hijo mío, ¿consideras a tu madre una persona deshonesta, ladrona o inmoral?. Desde luego que no, me respondió. Pues,como yo, hay muchas más personas en ese oficio".

Concluye hoy la campaña electoral para las elecciones regionales y municipales, con la lógica saturación de discursos y propagandas, aún cuando unos programas, argumentos y trayectorias nos parezcan más creíbles que otros. Seas cuales sean los resultados, el juego político de los comicios es una fiesta y una batalla ganada de  la Democracia. Nadie discute de que la política no es perfecta y mucho menos sus representantes, pero su inexistencia sería mucho peor.

Llamadme ingenua, o tal vez que he tenido suerte con muchos de los seres humanos con los que voy topando, pero yo sigo pensando que hay personas buenas y en las que se puede confiar en cualquier rincón de nuestro complicado mundo. Y si en algunos casos, generales o personales, nos llega la decepción, siempre nos quedará la letra de esa canción: "...que vale más querer y después perder, que nunca haber querido..."

Que ustedes voten bien. Y si no al mejor, que sea al menos malo.