miércoles, 11 de julio de 2012

Para gustos hay colores

"El color es un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma". Kandinsky

Manuela me repite muchas veces que a medida que aumentan los gramos de su silueta acrecientan en su ropero las prendas de color negro. Empiezo hablando de este viso oscuro porque igualmente me lo apropio con frecuencia para mi look ordinario y extraordinario. El también llamado color del silencio suele aportarnos esa sensación de adelgazamiento; más mental que real. Nos encontramos cómodas con esa coloración discreta y eso es lo que cuenta. Asimismo , dada la actualidad podríamos decir que está de moda, muy a pesar de muchos, este matiz carbón hulla.

 El color, resultado de las ondas de luz al refractar sobre la superficie de un objeto, está presente en los sentimientos y la razón ; aunque el efecto de cada tono tiene mucho que ver con el aprendizaje cultural del sujeto, su estado de ánimo y su propia entidad. Sicológicamente, el pigmento es una sensación consciente resultante de la interacción de nuestros sentidos con la estimulación luminosa.


Las preferencias cromáticas no son las mismas para la ropa, para la decoración del hogar o simplemente para imaginárnoslas. Podemos amar el azul marino para nuestro fondo de armario, elegir el anaranjado como  tono predominante en nuestro hogar, el verde para un paisaje, y citar el rojo a modo de tintura por excelencia para nuestras exaltaciones más poéticas. Además de depender de momentos nuestra pasión por una u otra tonalidad .De todos modos, cada persona suele reincidir en el agrupamiento de sus colores: minimalistas en la vestimenta, tonos pastel para el interior de la casa,  verde para el paisaje y azul para sus sueños.O multicolor para su atuendo, anaranjado para su casa,  ocre para el paisaje y rojo para sus fantasías; por poner otros ejemplos.

Según el color con que se mira, un paisaje puede evocarnos una estación, una vivencia, un aroma, una canción o la situación más insospechada. A la par que nadie mira las cosas con la misma tintada, de igual modo podemos apreciar la limitación de la mente humana al comprobar que es incapaz de inventar un color nuevo.


A mi madre, y a casi todas sus coetáneas, les horroriza ese apego al negro que le tenemos alguna de las mías y yo. Les recuerda aquellas sombrías épocas de la dictadura de un duelo que había que exteriorizar obligatoriamente; como si para el luto hubiese color. Lo negro representaba para ellas y ellos la falta de risa, de baile y de canciones. Aunque "no hay color para el luto", como bien dijo Gómez de la Serna.Lo lúgrube estuvo una temporada unido al color que ahora representa la elegancia por excelencia. Y también alguien dice que "el más vistoso color nunca anuncia lo mejor".




En una de tantas encuestas realizadas un alto porcentaje se declina por el rojo y el azul,junto con sus derivados; mientras que el marrón se lleva la peor parte. A una mayoría de niños les encanta el amarillo; algo tendrá que ver su fama de incentivo para el aliento , la innovación y el exceso de actividad mental. Como contrapartida el color del sol produce agotamiento; estado muy normal en un inquieto estudiante del primer ciclo de primaria a las diez de la noche de un día cualquiera.

En este tiempo de catálogos y colores, quedémonos con ese bello verso de Benedetti: "Uno tiene en sus manos el color de su día...".


Fotos:  Una bonita pespespectiva del pueblo asturiano de Soto de Agues desde diferentes colores.
Autores: Toni Rodríguez, Santiago García, Jaime González y Alberto Coto.