jueves, 29 de diciembre de 2011

¿Lo que no mata engorda...?



"Y debutamos exitosas en la vida cuando comprendemos el verdadero valor de ser maduras, y porque madurez siempre es sinónimo de belleza... ¿Quién dijo que la vida empieza a los veinte años?. Sepan jóvenes que la vida empieza a los cuarenta". Isabel Lonfat


Adoro las patatas fritas: de bolsa, congeladas, directamente sacadas de la huerta, las que vienen en bolsas de malla de cinco kilos, y hasta las de esa gran cadena comercial presentadas en cajitas de cartón. He buscado dietas en las que la patata fuese obligatoria, pero aún estoy en ello... A mayor acopio de uno de los alimentos más consumidos en el mundo, más grande es mi sentido de la culpabilidad. Después de que me zampo un buen plato de esos tubérculos pienso invariablemente "de perdidos al río", y tras ellos viene un calórico postre de chocolate. No satisfecha con eso, aún buzeo por la nevera, "continúa apeteciéndoseme algo, pero no sé qué" para completar mi gula en alguna tarde de apatía. Después del footing por la despensa -la idea de una buena caminata se me antoja imposible después del atracón- pienso en la talla 38 de los vaqueros que iba a comprarme y la sensación de cuarentona celulítica aumenta proporcional al deseo de estar como una modelo. Otro día sin cenar, que de algo valdrá el castigo.

Siempre es el mismo itinerario. Creo que sin la obsesión por la delgadez que llevamos arrastrando desde que alguien decidió que las mujeres guapas, ante todo, debía estar como palos, nos lleva a vengarnos con excesos que perjudican nuestra salud física y mental. 

Recuerdo que Susana, en la que fue la última primavera de su vida, nos pidió que comiéramos por ella un buen bocadillo de jamón, un plato de fabada ó unas deliciosas casadielles. Su extraña enfermedad le impedía tragar con normalidad y nos alentaba para que nos olvidásemos de la delgadez excesiva y disfrutaramos de la vida. Cuando hablamos de este recurrente tema siempre cito las palabras de la dueña de aquellos preciosos ojos azules, que daba prácticas lecciones de amor por la vida y la belleza. Desde aquí un recuerdo para ella.

Opino que la gordura excesiva no es sana ni estética. Por ello, el manual de cualquier dieta debería educarnos en que la alimentación más inteligente está basada en el  equilibrio: comer de todo, pero en menos cantidad, con un mayor acopio de frutas y verduras, pero con seis -o diez-patatinas fritas. Y si undía cometemos un exceso, qué también es sano caer de cuando en cuando en la tentación, loc ompensaremos en la comida siguiente con menos calorías de las normales. Si no nos perturba la idea de que "nunca más" podremos comer con satisfacción,será más llevadero nuestro mantenimiento. Comparo esta teoría con la que les gustaría aplicarse  a muchos  fumadores. Si un amante del tabaco fuera capaz de encender un cigarrito muy esporádicamente, tal vez su ansiedad por el tabaco disminuiría en gran medida.

La Campos (María Teresa) comentaba una vez que sólo tenía envidia a un tipo de personas: "las que comen y no engordan". No deja de ser una especie de suerte comer a discreción y no aumentar ni una talla, pero ese caso no abunda. Es más, la mayoría de la gente que se encuentra en esa "envidiable" situación tiene verdaderos problemas para coger medio kilo. Aunque la gordura excesiva no es estética ni saludable, la virtud está en aceptar nuestro cuerpo tal como ha sido diseñado genéticamente y, a partir de ahí, poner algo de nuestra parte para mejorarlo, siempre conscientes de que no todas nacimos para emular a kim Basinger, del mismo modo que hay altas, bajas, rubias,morenas y pelirrojas, a la vez que ojos grandes y pequeños, azules, negros, verdes, castaños,y hasta violetas.

Podría ser cierto que "las mujeres inteligentes mejoran con los años", aunque la cita viene de alguien que también cuenta con la ayuda de la ciencia. Para dar argumentos a la expresión está la circunstancia de que con el paso del tiempo una empieza a convivir más en paz con sus defectos, que le han ido dando armas de disimulo y pistas para resaltar sus cualidades. Hay muchas más posibilidades que una dieta -sin olvidar lo de la alimentación juiciosa- para que una mujer resulte atractiva,a pesar de unos miserables kilitos de más que, dicho sea de paso, en la mayoría de las ocasiones sólo los apreciamos nosotras y quien pretende juzgarnos duramente. Hacer acopio de los buenos aprendijajes y de las intensas vivencias que la existencia nos va "regalando" para posisibizarlo en nuestro comportamiento maduro también tiene mucho que ver con el uso astuto de nuestras posibilidades estéticas.

Formo parte del grupo de féminas que, deseando no engordar, les puede la poca fuerza de voluntad. Existe otra fracción de mujeres para quienes la dieta estricta ya forma parte de su respirar. Ni la más alegre celebración las convence para que prueben una deliciosa paella, un vaso de buen vino o la más apetitosa tarta de queso. Su decisión de tener un cuerpo de eterna adolescente , a costa de la acriptud de su carácter o de su continuo pesimismo existencial, no creo que les haga más felices, impregnando a los que conviven a su alrededor de un sentimiento de sentirse "cerditos" comiendo y aguantando su reproches acerca del peso ideal. Habrá también quien esté satisfecho con su dieta espartana y su cuerpo talla XXS, aunque haya síntomas inequívocos que delaten nuestra edad. Todo es respetable. Pero sigo pensando que la dieta verdadera se lleva en armonía con un modo de ser y entender la vida. 

No me olvido de citar el ejercicio físico, base fundamental para sentirnos ágiles y activas. No es necesario deprimirse diariamente en un gimnasio mirando de reojo a esas congéneres de barriga plana, culos perfectos y estilizados muslos -¿estarán así porque van al gimnasio o van al gimnasio porque están así?- basta con rentabilizar las actividades del movimiento cotidiano - entre ellas, las que os imagináis, también saludable para la piel,aunque éste será otro tema- y el disfrute de un buen paseo por tiendas, sendas verdes, relajantes playas o  el jardín de nuestras casas. 

Os dejo por hoy. Un pollo que asa en el horno -al que a buen seguro añadiré unas patatas fritas- y la ropa por tender esperan que cumpla con algunas de  mis otras obligaciones...

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martes, 27 de diciembre de 2011

Propósitos especiales...



No te rindas por favor no cedas,
aunque el frio queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque cada dia es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estas sola,
porque yo te quiero... Mario Benedetti

Comenzar una nueva dieta alimentaria, dejar de fumar, disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, buscar un trabajo dignamente remunerado, encontrar un gran amor o intensificar la ilusión en el que se tiene, esmerarse más en la educación de los hijos,  mimar  la amistad, racionar las visitas a las Redes ,organizarse mejor en asuntos domésticos,  ahorrar lo suficiente para adquirir un determinado bien material costoso; sin olvidar la dedicación a ese hobbi siempre aplazado; asimismo de engendrar ese hijo  pospuesto  Este es un resumen  -no en el mismo orden ni los mismos proyectos para todos- de los propósitos diarios, semanales o para quinquenios de algunas de
las personas a cuyos deseos he tenido acceso, incluidos los míos. Sin olvidar la asignatura pendiente de valorar a quien realmente te valora y ser impermeable para quien te quiere peor.

Hablando de objetivos, cada día me levanto más temprano. No sé si con la esperanza de comenzar primero el día para cumplir aquellos planes que han quedado en el tintero la jornada anterior o simplemente porque a medida que pasa el tiempo se duerme menos. El caso es que me gusta la promesa de luz de esa semioscuridad del alba. Hay pocas cosas que me hagan sentir tan bien como observar la paz de la madrugada con un café bien calentito entre las manos y el sonido de mi emisora favorita de fondo.. El inicio de un nuevo día es como el principio de un año en miniatura: todo un abanico de posibilidades para emprender otra vez el vuelo. Sean cuales fueran los obstáculos, acrecentados en los pensamientos nocturnos, siempre se amanece con una pequeña o gran solución.

Hace tiempo que he dejado de lado los grandes propósitos. Me basta con cumplir los pequeñitos. Y hay días en que estos últimos también me superan. La realidad es tozuda  y acaba por convencerte de tus limitaciones. Los más avispados sacan provecho hasta de ellas. Los meros soñadores -entre los que me incluyo- se pasan año tras año intentando conquistar universos, cuando aún no han conseguido adueñarse de su pequeño mundo.


Y el mismísimo azar me ha llevado el pasado fin de semana a perderme en el desorden del desván de la casa donde nací. Entre una vieja maleta con la que mi abuelo materno regresó de Cuba - tras perder su fortuna por la mala cabeza de un amigo- , trapitos de mi primera niñez -aquellas enaguas infantiles que ya pertenecen a la prehistoria de la moda-, periódicos y revistas amarilleados por el paso de casi un siglo; junto  con un sinfín de objetos que sólo es posible encontrar cuando hay una persona que lo guarda todo -en este caso Bárbara, mi madre-, encontré un cuento que escribí a los nueve años. En aquellas hojas de una libreta con la que también se ha cebado la polilla releí las olvidadas andanzas de una niña que soñaba con ser escritora. Pensé mirando los ingenuos trazos infantiles que algunos deseos es posible que se hagan realidad, aunque el cómo y el cuándo nunca estén donde uno se imagina.

Si en el balance de un día cualquiera, el resultado es la conversación amigable tras una taza de café, el paseo por un camino  que invita a la vida , el abrazo sincero de un ser querido o el gesto de agradecimiento de alguien a quien hemos hecho sentir mejor con una mera sonrisa, entonces la travesía no fue en vano. A fin de cuentas el objetivo común de los seres humanos, independientemente de su cauces de consecución,es sentirse querido.  Son esas pequeñas cosas... 



Imagen: Matrioska, de Gabriela Münter




Esas pequeñas cosas

Esas pequeñas cosas 
"No es más grande aquel que nunca falla, si no quien nunca se da por vencido"

lunes, 19 de diciembre de 2011

¿Es más rico quien más tiene?


"A menudo las cosas que deseamos y no conseguimos no son más que la forma que el destino tiene de proteger lo que tenemos y no podemos perder".  S.L. Naeole


Era tan pobre que no tenía más que dinero, 
besos de sobre de herencia de su padre naviero. 
Anfetaminas y alcohol, desayuno Miss Onassis, 
pobre Cristina, que al fin logró quedarse en el chasis...
Guardaespaldas armados la sacan del Rolls 
un amante alquilado le calienta la suite....
Nadie le advierte que al cielo no se va en Limusina 
que mala suerte que no acepte la muerte propina... 
Cris..., Cris..., Cristina 
suspira y fantasea con que la piropea un albañil...  

Estas son parte de algunas de las estrofas de la canción "Pobre Cristina" que Joaquín Sabina dedicó a la hija del magnate Aristóteles Onasis; uno de los hombres más ricos de todos los tiempos, quien a sus treinta años de edad ya había acumulado un millón de dólares. Su    heredera, Cristina,  habiendo recibido más de mil millones de dólares en los 70, se convirtió en la multimillonaria más infeliz del mundo "Tengo todo lo que el dinero puede comprar, pero carezco del amor de una familia", fue una de las frases más repetidas de esta sucesora de leyenda, que ya descansa para siempre en la mitológica Isla de Scorpios. La vida de la hija del naviero griego, que falleció a los 38 años tras cuatro fracasos matrimoniales, transtornos sicológicos y otros sinsabores propios de la vida de los humanos ricos o pobres, constituye un ejemplo de que la riqueza no va en proporción directa con la dicha. La heredera de la heredera, Athina, con una fortuna de tres millones de dólares, parece continuar con la saga de la tristeza de los niños ricos.
¿Hasta qué punto nos harían felices una tromba de millones. Ya no digo un pellizquito. Aunque es obvio que a nadie le amarga un dulce, y que un golpe de fortuna para asegurarnos la economía doméstica nos vendría muy bien a una inmensa mayoría. Incluso un buen bocado, si eso no desestabilizara nuestra existencia. Personalmente dudo si estaría preparada para una vida de lujos supremos, que nada tiene que ver con una vida de calidad.. Cuando al padre de una gran amiga mía le tocó una suma de dinero considerable en la quiniela, el afortunado llamó a su progenitora para darle la notica: "Mamá, me han tocado 50 millones (de las antiguas pesetas)". A lo que su  madre le contestó: "Te felicito, hijo, pero si eso te sirve para ponerte tonto, mejor no los hubieras ganado". En este caso la suerte cayó en quien supo administrarla bien.

Hay un capítulo de la serie "Los Simpsons" titulado "lucha de clases" que me quedó grabado de una forma especial. En ese espisodio Marge encuentra un auténtico vestido de Chanel, a un precio muy rebajado.Con tal atuendo es invitada al  club de campo local y aceptada entre las más distinguidas damas de Springfield. Accidentalmente la señora Simpson destruye su traje la noche del gran baile de gala, pasaporte con el que se convertiría en una integrante oficial del club, por lo que debe comprarse un nuevo vestido de miles de dólares.Al mismo tiempo que cambia su vida con la apariencia de sus ropas, comienza a exigir a su familia que se comporte de un modo diferente.Nada de lo que tiene alrededor le combina con sus nuevas relaciones sociales. Se da cuenta a tiempo de que se está volviendo muy snob y vuelve a su antigua sencilla vida; más humilde pero que le aporta otras satisfacciones en las que no cabe tanto fingimiento. Aún cuando es innegable que a  muchos se nos van los ojos tras las cosas materiales de calidad, lo mismo de cierto es que una vez conseguidas, siempre nos hace falta algo más. La ilusión parece estar siempre a la vuelta de la esquina. Alguien dijo que todo aquello que se puede conseguir con dinero es barato.

Todo un elenco de refranes para temas económicos. "No es más rico quien más tiene sino el que con menos se conforma", es quizás el más utilizado. Y para quienes aseguran  no tener nunca fortuna es bueno recordar  que la suerte se puede crear de acuerdo con la actitud, la voluntad, la acción y las ideas.A mi siempre me sirve de mucho una cita de Francisco Umbral: "El destino, el azar , los dioses, no suelen mandar grandes emisarios en caballo blanco, ni  en el correo del  Azar. El destino, en todas sus versiones, utiliza siempre heraldos humildes...". Que vuestro humilde heraldo os sea favorable...




viernes, 16 de diciembre de 2011

Tan sólo veinticinco...



"Si dos mujeres cuchichean y paran bruscamente cuando te acercas... es sin duda que hablan de sexo.¡Y si una de ellas es tu mujer, seguro que hablan de ti!"  Arthur Miller


Nacho Vidal acaba de lanzar un perfume unisex denominado 25 tuenty five. El frasco de la colonia es una réplica de los 25 centímetros del pene del actor .Un 5% de los beneficios de las ventas irán destinados a la lucha contra el SIDA.

Dado el éxito de comentarios que está teniendo en la red el asunto de la colonia que el galán de cine para adultos ha sacado al mercado, me imagino que no nos vendrá mal pasar un ratito comentando este tema, cuando menos, distraído. Estaremos de acuerdo con Wody Allen en que "el sexo es lo que más divertido que se puede hacer sin reír".

Nunca veinticinco centímetros de algo dieron para tanto. Aunque todavía no se conoce el aroma tan eróticamente embotellado, las respuestas en los foros no se han hecho esperar: el olor será muy "penetrante". Incluso se leyeron  sugerencias de posibles mejoras  para próximas ediciones. 

Me atrevería a apostar que será uno de los regalos estrella entre parejas desinhibidas. Aunque los más materialistas quizás opinen como Lynn Launer: "hay un gran número de dispositivos mecánicos pensados para aumentar la líbido pero, particularmente entre las mujeres, el más efectivo es el Mercedes-Benz 3805L". Desde luego que Isabel Allende no opina la mismo, por algo esccribió que: "para una mujer el mejor afrodisíaco son las palabras. El que busque el punto G más abajo de los oídos está perdiendo el tiempo".

Nunca olvidemos, sin embargo, que lo más importante en todo encuentro erótico es que hay un personaje invisible y siempre  activo: la imaginación...

Hoy sólo eran 25...  líneas.




martes, 13 de diciembre de 2011

Abre la muralla...


"Triste época la nuestra. Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio". Albert Einstein


"..Estoy disgustadísima. En mi comunidad no nos dejan tener perro....". "Pues donde vive mi hija está prohibido que residan inmigrantes, personas de color y gente de baja posición... Bueno, el año pasado vivió allí unos meses una familia árabe, pero tenían mucho dinero...". Este es un fragmento de la conversación que escuché hace tiempo en el autobús urbano entre dos señoras. Me costó callarme ante tal derroche de prepotencia, ignorancia e inconstitucionalidad.

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Me hubiera gustado conocer el árbol genealógico de aquella "distinguida" dama. Seguramente, entre los seres humanos que lo pueblan no faltará más de un emigrante, a alguno de sus ancianos lo cuidará un "extranjero", y es posible que no todos sus parientes vivan en exclusivas colonias. Creo que no me equivoco si imagino que alardeará de dar un donativo estas Navidades para la construcción de una escuela en Centroamérica, mientras está en contra de que al colegio de sus nietos vayan niños "pobres" .

No voy a hacer aquí un alegato contra  la xenofobia. Pero, analizado el diálogo captado aquel día en el transporte público, sobran las palabras. No seamos hipócritas, no hay desprecio contra negros, sudacas, homasexuales... "Hay racismo contra los negros pobres, sudacas pobres y gentes de tendencias sexuales minoritarias que son pobres. A los que tienen dinero ó buena posición social, independientemente de sus diferencias raciales o sociales, pocos les hacen ascos". Algo así afirmaba el ex-futbolista Valdano en una entrevista radiofónica. 

Todos, en un momento dado,  por cualquier "gen" desigual,  podemos sufrir la injusticia de la discriminación. Si no fuera posible  por convicción, sí por egoísmo cualquiera debería  pensar en que el desprecio hacia el diferente no es bueno para nadie. Un buen día, a un loco con madera de líder se le ocurre que no deben ser aceptadas las personas de cabello castaño  ó aquellas que no sepan, como mínimo tres idiomas, y todo el odio de la Comunidad caerá sobre ellas sin piedad. Además, no deberíamos discriminar a otros seres humanos de procedencia lejana a la nuestra, aunque sólo sea por si acaso. Un conocido, hace unos años, apagaba la tele cada vez que aparecían negros en la pantalla. Hace unos meses lo vi paseando a un precioso niño mulato. Era su nieto, al que adora, y por el que daría su vida.

No es justo generalizar y poner etiquetas. El  único criterio que deberíamos utilizar para valorar a los semejantes es el de la bondad o la maldad, y ambas calificaciones podemos encontrarlas en personas de cualquier parte del mundo y cualquier nivel económico, raza, ideología o religión;  incluso de muy diversos coeficientes intelectuales, los famosos "tóxicos", tan de moda ahora. La mayoría de las personas que conozco somos un poco emigrantes: del campo a la ciudad, de una gran población a otra, de región a región, o de barrio a barrio.. .¿Quién marca el límite en el kilometraje del desplazamiento?.

Quizás nunca hubiera llegado a escribir estas palabras si no se me hubiese encogido el corazón al encontrarme con una foto publicada en el The New York Times, ganadora de un Pulitzer. He leído ahora que la imagen es un montaje. Quedémonos con lo que representa. ¡Qué afortunados somos -y así trato de explicárselo a mis hijos- de haber nacido lejos de la miseria y la pobreza extrema!. ¿Qué derecho tenemos a impedirles a esas personas que no han tenido la misma fortuna el acceso a una vida mejor?. 


"... No me llames extranjero, ni pienses de donde vengo. 
Mejor saber donde vamos, adonde nos lleva el tiempo.
No me llames extranjero, por que tu pan y tu fuego. 
Calman mi hambre y frío, y me cobije tu techo.
No me llames extranjero tu trigo es como mi trigo           
Tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego.         
Y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño...."
(Rafael Amor)

                                                                               Foto: Kevin Carter ( Sudán 1993)





miércoles, 7 de diciembre de 2011

Del portalín de piedra al portal de Internet



La Navidad no es una fecha... Es un estado de la mente (Mary Ellen Chase)

Por aquellas nochebuenas también se retrasaba la hora de la cena. Había arroz con pollo de primer plato y, en algunas mesas, un pescado fresco de segundo. Turrón "del duro" y "del blando",  junto con  las típicas "casadielles del cazu" para el postre. En esas ocasiones hasta los niños podíamos tomar una copita de una conocida sidra asturiana. Un Nacimento sencillo, y un Árbol los más progresistas. Villancicos a viva voz, un buen fuego para combatir la noche helada y reunión con algunos vecinos.Si además ese anochecer nevaba, la postal no tenía precio. Aún nos quedaban otras cuantas veladas de cenas especiales hasta el colofón que suponía el día de reyes. Es el primer recuerdo que tengo de la Navidad, que en los pueblos pequeños tenía un sello diferente.
 Frente a mi ventana se repiten hoy los comienzos del frío y el preámbulo de esas fiestas de invierno.  Nada es como antes. Tras la hilera de árboles que ya han perdido sus hojas se nos ofrece la imponente iluminación navideña de un centro comercial. Más al fondo, en las terrazas de la urbanización más próxima, comienzan a colgarse los primeros Papás Noeles (muchos distintos y uno sólo verdadero) y ya se adivinan, protegidos por  las cristaleras de los salones, los consabidos decorados de quita y pon. Con la llegada de nuevas culturas, los adornos navideños cada año son más sorprendentes. Y no nos rasguemos las vestiduras por lo de adoptar costumbres de otros lugares porque, como bien decían por un portal de Internet, Jesucristo tampoco era de Burgos. Asimismo, el acceso a multitud de mercados y una situación económica -a pesar de la consabida crisis- totalmente deferentes a aquellos primeros años de mis recuerdos nos ofrecen una interminable gama de productos de alimentación, objetos navideños y rompedoras letras de nuevos villancicos; incluso alguna no apta para menores, como la del paisano Melendi: "...Ya llegó la Navidad. La nieve cubre los parques, y otra vez las campanadas.Yo me vuelvo a equivocar.¡Jo! los cuartos no me valen, y dejaré de fumar. No frecuentaré los bares.Año nuevo, vida nueva, pero ya he quedao de pena. Saca ya esa hierba buenaaa..."

Los langostinos y la sopa de pixín, que hace tiempo que han desterrado a pollos y pavos, comienzan a quedarse antiguos ante la propuesta de delicatessen con que nos tienta la nueva cocina: desde salmón con costra  de mostaza con yemas de espárragos blancos y salsa holandesa, hasta la confitura de conejo con samfaina y maíz tostado hay todo un mundo de nuevos platos, rematados con un biscotti de almendra y chocolate o un stollen de mazapán y ciruelas, regado todo ello con una piña colada analcohólica, un ron elixir o un gringo tropical,por poner algún ejemplo.  De tanto como se ha abierto el abanico de los turrones llegamos a dudar si de verdad continúan siendo una masa obtenida por la cocción de miel y azúcar. El acceso a todo tipo de comidas, dulces y  bebidas durante cualquier momento del año convierten en hastío lo que antes fuera un lujo. Pero tal    como están desarrollándose los acontecimientos es posible que muchos hogares este año vuelvan a épocas  de menos variedad. 

La oferta y la demanda de regalos para Reyes y Papá Noël crecen en la misma proporción que disminuyen las ilusiones. Una bicicleta se compra un lunes cualquiera y el perfume preferido se renueva en cuanto se acaba el frasco. Ni mucho menos sorprende un estuche con veinticuatro lápices de colores o un calentito pijama. Los cabezas pensantes de las nuevas tecnologías tienen que trabajar duro para ofrecer novedades que sorprendan a jóvenes y adultos. Y las tradicionales tarjetas de felicitación comienzan a ser objetos de museo. A través de la Red se nos ofrece todo un mundo de posibilidades hasta para  cumplimentar las celebraciones.

Con todos sus defectos, huyendo de ella o dejándonos atrapar sin remedio, herederos de la fiesta religiosa o la tradición pagana, a todos nos afectan los casi obligados excesos de estos eventos festivos que nos lanzan a un nuevo año. Las necesitamos -ocurre en casi todas las celebraciones extraordinarias- como una manera de salir de la rutina, una excusa para hacer un regalo, un pretexto para vernos con quienes apreciamos, una evasiva para encontrarnos con sueños nuevos; además de una buena ocasión para sacar el fino mantel de hilo y la vajilla de porcelana  blanca con flores azules que siempre espera paciente en la vitrina.

La incoherencia llamará de nuevo un día de estos a las puertas de muchos de nosotros, y bajaremos los adornos que duermen doce meses, y nos esforzaremos por ser felices. Descolgaremos todos una de esas estrellas que vamos olvidando en nuestro universo particular y, si acaso, miraremos para otras que creemos ver brillar más en ese cielo que nunca es el mismo. Los niños seguirán siendo los que nos hagan seguir viendo huellas de reno en el asfalto y estampas felices, como las de las postales de antes. Por algo todos coincidimos en que las mejores Navidades son las de nuestra infancia. Será por eso que cada año confiamos tozudamente en recuperar algo de aquella magia, a modo de ese déjà vu que vuelve sin remedio a finales de Diciembre, como el turrón.

Si ese anochecer nevaba, la postal no tenía precio. (Fotografía @rascacheiro)







Esas pequeñas cosas

Esas pequeñas cosas 
"Lo que se recuerda es casi siempre mucho más de lo que se vive"



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Autor:
Berta
Fecha de creación:
17 octubre de 2011
Ciudad, país:
Oviedo, España