viernes, 20 de enero de 2023

Sol

 

Hace unos días, me sorprendió una noticia en los informativos: "Sol Villanueva presenta su libro, para contar su experiencia en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, relatando su dura enfermedad". Hablaba algo mal y caminaba despacio.

De inmediato volví a nuestro trayecto habitual, de pasos ingenuos, por los Madriles de los 80 : Facultad de Ciencias de la Información/Cea Bermúdez y viceversa.

 Compartimos años de juventud y esa esencia de "pueblu" que nos hacía entendernos mejor, por los matices tan diferentes a los compañeros urbanitas. Ella manchega y yo asturiana, también nos intercambiábamos acentos y costumbres distintas.

Después de muchos años sin comunicarnos, nos reencontramos a través de las redes. Y de nuevo perdimos el contacto.

Al toparme con la noticia volví a revivir nuestras conversaciones, las respectivas amistades y familias colaterales compartidas, nuestras visitas al Clínico, que nos quedaba a medio camino. Allí estaba ingresada su madre, con esa maldita enfermedad. Nuestros intercambios de apuntes y la preparación de aquel examen de Economía que se nos atragantaba y, al fin, logramos aprobar. Cada vez que escucho lo del "valor añadido" me vuelve la imagen de los problemas matemáticos que, nosotras, tan de letras puras, tuvimos que aprender a resolver para limpiar el curso.

Conocí su pueblo -Villarrubia de los Ojos-, que yo imaginaba como una aldea como la mía de Sobrescobio, cuando ella me hablaba de su pueblo. Pero era un "pelín" más grande, y muy distinto en paisajes y paisanajes.

Me sentí, con nuestras vidas ya más alejadas, orgullosa de ella, viéndola en su faceta de presentadora, aunque Sol solía decir, con la humildad que la caracterizaba: "solo se trata de mirar a un puntito de luz"

Más adelante, pasó una temporada en Arabia. Y, por eso de que el mundo es un pañuelo, coincidió con mi vecino y amigo, de Soto d'Agues, Gustavo Prado. Nuevamente supimos la una de la otra. El Guadiana volvió a desparecer y no volví a tener noticias suyas, hasta que abrió el informativo con su nombre hace unas semanas.

Pues eso, a seguir mirando a ese puntito de luz y esperanza, y a continuar tarareando la canción que tanto le gustaba de aquella: "Voy camino Soria. ¿Tú hacia dónde vas?" 








martes, 17 de enero de 2023

Desde el paréntesis de la incertidumbre


 Retomo mi blog. El mismo día que la borrasca Gerard nos recuerda que el invierno ha de venir. Que una cantante famosa alza su voz para canalizar su desamor. Cuando la guerra sigue azotando en el mundo y los aviones continúan cayendo del cielo, dejando en el aire nuevas tragedias. El tiempo en el que las conquistas sociales siguen dando un pasito p'alante y otro p'atrás, y el metaverso ha llegado para quedarse. El mismo blog que me ha dado alas desde sus inicios, que me permitió usar la herramienta de la palabra -la fesoria que mejor se manejar-, para llegar a tantas personas. El canal que me aportó la seguridad que en la cotidianeidad me falta, permitiéndome expresarme de la forma más valiente. Ese salvavidas que me ayuda a vencer miedos e inseguridades. Que me hizo verme en el espejo a través de las miradas de otros.  

Me reengancho a mi blog en la proximidad de mi 58 cumpleaños. Os cuento que vivo en un tiempo de incertidumbre, que en mi entorno más cercano estamos usando zapatos que en otras circunstancias piensas que solo calzan los otros. En mi día a día actual, atravesamos un campo de minas, jugamos al juego de la ruleta rusa con la vida, miramos el futuro con temor y esperanza al mismo tiempo. Atrapamos las buenas noticias que nos van dando los profesionales de las salas amarillas,como el más deseado de los tesoros. Enfín, nada por lo que no estén pasando millones de personas en el mundo con problemas de salud importantes.

Cuando no queda otra, tienes que extraer lo mejor de lo peor. Salir de la cueva del miedo y ser valiente. Porque ante la dificultad con mayúsculas solo hay dos opciones: Sacar ese coraje que tantas veces dudaste tener. Agarrarlo por el cuello y decirle de frente al destino: "Aquí estamos. No subestimes mi debilidad, porque tiene la fortaleza de la rama más flexible". O meterte en la cama, taparte hasta la cabeza y olvidarte del mundo, que también se hace en algunos momentos, pero solo excepcionalmente. Y seguir con las otras batallas paralelas. Porque la vida es eso.

En muchas ocasiones me preguntais por este mi blog. Lo tenía en un paréntesis, como mi estado actual. Fundamentalmente porque escribo por otras plataformas. Pero este lugar es como mi casina de Sobrescobio. Con les puertes siempre abiertes. Como las de la mayoría del vecindario. 

Por eso pensé que es posible que compartir esta nueva etapa en la que batallamos y de la que también aprendemos mucho, puede servir de algo a alguien. Defensora como soy de la importancia de las palabras como manos tendidas, como sanadoras de heridas, como ungüento para desesperaciones... comprendí que no podía quedarme con estas solo para mí.

Millones de gracias a quienes decidan seguirme en esta nueva andadura y a quienes nos acompañan en el camino real. Las personas que andan contigo cuando el senderu ye pedregosu, esas son...