lunes, 28 de mayo de 2012

Para Ana

"Que el maquillaje no apague tu risa, que el equipaje no lastre tus alas, que el calendario no venga con prisas, que el diccionario detenga las balas...
Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel, que cada noche sea noche de bodas, que no se ponga la luna de miel." (Joaquín Sabina)




Hoy te regalo de nuevo palabras; las flores las dejo para el fin de semana, si es que la lluvia no las marchitó. No importa, siempre renacen. Mientras tomo este primer café de la mañana  pienso en algo nuevo para decirte. A ti, que sabes casi todo de mí, y a pesar de ello me quieres, recordando esa célebre frase de amistad.... Pero a fuerza de intentar ser original me faltan teclas  para alguien con quien comparto en directo muchas cosas de mi mundo.

Dicen que no todos los enamorados son novios; también pueden ser amigos. Y algo de cierto tiene la frase. ¿Qué sentimiento hay más dulce que el recuerdo o la compañía de aquellas personas  que nos hacen palpar que somos importantes para ellas y nos echan en falta cuando no estamos?. 

También cuentan que los halagos no se devuelven, se pasan... Yo te paso éste: "te queremos  porque eres auténtica y transmites cosas buenas". (Y te gustan la rosas aunque sean con "rau cortu", añadiría con un toque cómplice que tu entenderás). Sé lo más feliz que puedas y, si puedes sonreír cuando algo se tuerce, cómo no hacerlo en las mañanas que la vida se presenta con mejores perspectivas."Que el alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada", escribió Bécquer para quienes tienen ese encanto...
  
Sabed mujeres que la vida comienza siempre que una se sienta bien consigo misma. Que todas las de "taitantos" estuviesen como tú.... Un abrazo












Filias y fobias: dos caras de una misma moneda


"El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo" ( Alain)

Elena rodeaba el camino más directo a su trabajo para evitar bordear el precipicio que ofrecía unos doscientos metros de vacío. En realidad nunca supo si lo que le daba miedo era la atracción por lanzarse a los brazos de aquel abismo magnético o el terror a ser involuntariamente precipitada a él. De ahí su fobia a los barrancos, tan intensa como la angustia que también le provocan los espacios cerrados.

Los reptiles se llevan la peor parte de entre las fobias humanas. Hay quienes no pueden tener cerca a una  serpiente -ofiidofobia es la palabra científica para definir esa sensación- ni en una fotografía. Alguna clase de roedores, arácnidos y gusanos tampoco salen nada bien parados de las aversiones personales; junto con las del pánico a quedarse encerrados en lugares tan diversos como un ascensor, un sótano o la fortaleza de una buhardilla.

Los precipicios y alturas en general también figuran entre los pavores más comunes de la gente  La profundidad de una sima corre paralela a la angustia que les apodera al imaginarse la consecuencia de un solo paso hacia adelante. Fobias a presenciar heridas abiertas o sangre humana, a los objetos inservibles, a la humedad, a padecer determinados sentimientos; y un malestar muy actual, la fobia a no tener ningún puntito rojo en las anotaciones de las redes sociales. Son muchos de los temores que me han llegado dando un paseo por el mundo de los rechazos inexplicables.

Uno de mis buenos amigos tiene auténtico horror al compromiso de pareja. Esa  renuncia a su libertad y todo lo que eso conlleva paraliza cuantas relaciones comienza este chico en edad de hacer nido, cuando sus aventuras amorosas amenazan con hacerse estables. "Es lo que hay. Si te decides por un dulce tienes que renunciar al resto. Será sin embargo tú pastel, único en el mundo para ti", le decimos cuando pide consejo.

De entre todas mis fobias -se me han revelado unas cuantas más de las que contaba en mi haber después del viaje por este tema- me quedaría con el terror al vacío que me produce asomarme a un despeñadero.Tal vez un profesional del subconsciente nos diagnosticara a quienes padecemos estos rechazos que nuestros temores están directamente relacionados con el talud de los sentimientos. Esas percepciones que entre el cielo y el suelo nos amenazan, en ocasiones,con pánicos difíciles de superar.


Del mismo modo me causa desasosiego la negrura amenazante de una ola embravecida. Tal vez esa circunstancia tenga que ver con muchas de mis recurrentes pesadillas. Me adentro en algunos de los sueños en el vértigo de lanzarme al horror de unas aguas profundas y oscuras, casi siempre para buscar en ellas a alguien querido. Me despierto con la percepción de haber pasado por el infierno de todas las sensaciones. Por ello comprendo muy bien a quienes me contaron su rechazo a las aguas no cristalinas, donde además no pisan tierra firme.

La búsqueda en las antípodas de las fobia, las filias; esas atracciones desmesuradas hacia determinadas personas, animales, situaciones o cosas, aportan asimismo nuevos descubrimientos: la existencia de la abasiofilia (atracción por las personas cojas), la acrofilia (atracción por las personas altas), algofilia (atracción por sentir dolor), agonofilia (atracción por la lucha con la pareja), agorafilia (atracción por los espacios abiertos),etc. Y otras cuantas, tan insanas como sus contrarias.

El agujero negro que suponen las exageradas reacciones ante las dos caras de una misma moneda -filias y fobias- me conduce al poema titulado "El Pozo", de Pablo Neruda: "A veces, te hundes, caes en tu agujero de silencio... y apenas puedes volver, aún con jirones de lo que hallaste en la profundidad de tu existencia...".

La última moda de las fobias, la aporofobia (alergia al pobre) es, en mi opinión, la más peligrosa de todas las manías, por la injusticia y el peligro que lleva implícitos. Hasta una próxima. El primer café cargadito de la mañana me espera. ¿Cafetofilia podría ser?.


Fotografía: Una gran ola en el mar del Occidente Asturiano. . Autor: Rascacheiro.