“El único medio de vencer en una guerra es evitarla”. George Marshall, militar y político estadounidense.
La puesta en escena del anuncio de la Lotería made in spain de este año fue quizás la señal más inequívoca de que la noche de paz se acerca, además del consabido reclamo de la gran tienda de Dimas Gimeno y el del turrón que siempre vuelve a casa. A nadie ha dejado indiferente la mirada de "esto no puede estar pasándome a mi" del protagonista del décimo más celebrado. Los incrédulos dicen que ese caso de generosidad es tan utópico como ilusorio, los quisquillosos que la falsedad comienza en el precio del café y los bromistas que el perceptor del regalo no se fijó bien en el décimo: era para la lotería de Reyes. Sin embargo, a una mayoría le gusta palpar la emotividad que se desprende de los sentimientos nobles,.Un anuncio publicitario navideño es un camino como cualquier otro.
Los buenos deseos parecen amplificarse en estas fechas que, en su origen, eran para recordar el nacimiento de un Hombre diferente.Aquel que decía que todas las personas deberían ser iguales, y que se defendía de las provocaciones con actitud pacífica, aún cuando, según el libro que cuenta su vida, tenía los superpoderes de los que sólo podría jactarse el hijo del mismísimo Dios. Algo así como el Águila Roja de nuestras noches de los jueves. Pero eso era en un principio, cuando no había superficies comerciales, ni consumismo brutal.
Los buenos deseos parecen amplificarse en estas fechas que, en su origen, eran para recordar el nacimiento de un Hombre diferente.Aquel que decía que todas las personas deberían ser iguales, y que se defendía de las provocaciones con actitud pacífica, aún cuando, según el libro que cuenta su vida, tenía los superpoderes de los que sólo podría jactarse el hijo del mismísimo Dios. Algo así como el Águila Roja de nuestras noches de los jueves. Pero eso era en un principio, cuando no había superficies comerciales, ni consumismo brutal.
Hago esta reflexión a propósito de un anuncio que me encontré hoy por las Redes, basado en un hecho real ocurrido en la Primera Guerra Mundial y clasificado como uno de los mejores spots publicitarios de Navidad, por su capacidad de conmover hasta al más curtido. La paz siempre es un buen camino, aunque solo sea para anunciar un chocolate...