miércoles, 29 de octubre de 2014

Y los viernes y tal, si en la fosa no hay plan...




"Los muertos no son propiedad de las familias, son hijos de Dios, forman parte de Dios y esperan en un campo santo su resurrección",dijo el conservador Cardenal alemán, Gerard Mueller. De este modo argumentaba el prelado la noticia del documento aprobado por las altas instancias de la Iglesia católica, bajo el título de "Insruccion Ad resurgendum cum Christo". La nueva instrrucción dice concretamente que la iglesia prohíbe esparcir las cenizas de los difuntos o tenerlas en casa. Y, aunque los representantes de Dios en la tierra prefieren el entierro a la cremación, admiten esta segunda opción a sabiendas que si no la  nueva orden  sería excesivamente impopular. Bajo esta concesión afirman que "la cremación del cadáver no toca el alma y no impide la resurrección". Ya sabéis los católicos, nada de fantasías para ubicar las cenizas de vuestros seres queridos en el lugar donde a ellos más les hubiese gustado estar, llámese un árbol, una estrella, un acantilado, la cima de una montaña o una pieza de joyería.  El incumplimiento de las medidas papales puede suponer la negación del funeral del fallecido. La fecha del anuncio eclesiástico no podía ser más adecuada para llevarnos a pensar lo que supone un cementerio para cada uno de nosotros.

La abuela de Carmen, que llevaba su mismo nombre, siempre le pedía que no se olvidara de llevarle flores al cementerio. La nieta, que le había salido rebelde  en cuanto a tradiciones e ideas, un día le trajo una caja enorme de bombones -de aquella los chocolates eran un regalo exquisito e inalcanzable para muchos-. "Tenga abuela, éstas son las flores que habría de llevarle a su tumba.". Recuerdo esta anécdota porque es época de visitas masivas a los cementerios y movimiento para el comercio de los claveles. Reconozco que yo también  soy atradicional en este y otros muchos temas. Cada vez más .Pero respeto que cada uno viva la realidad de la muerte y el homenaje a los recuerdos de muchas maneras. Asimismo. por mucho que te empeñes, no puedes mantenerte al margen de la costumbre de echar un vistazo a los cementerios y sacar tus reflexiones al respecto.


 Por otro lado, qué distintas las percepciones de los miedos según la edad que atravieses.  De niña miraba de reojo aquel cementerio que separaba las dos localidades que forman mi aldea: Soto y Agues. No había manera posible de no verlo porque está estratégicamente situado. En mi imaginación se mezclaban antiguas leyendas de luces que se veían deambular por allí en la noche, apariciones de ultratumba y ruidos extraños si te adentrabas en sus entrañas a horas poco recomendables. La noche de difuntos era especialmente propicia a imaginarse espectros varios, sobretodo si el viento frío de los días más cortos se colaba por las rendijas de aquellas ventanas que aún no sabían de doble acristalamiento. En la actualidad mis fantasmas son muy otros; más reales,dañinos y cercanos. En el lugar en elque antes veía la posibilidad de que se me apareciera un espíritu aterrador sólo observo ahora un prado bordeando la iglesia de San Andrés, donde llegan fácilmente los rayos del sol;  lleno de recuerdos custodiados por recias montañas; lo único eterno.

No me gustan los camposantos, ni mucho menos las visitas preestablecidas. Aspiro a que mis recuerdos queden en algún lugar menos transitado; si acaso solamente sirvan para que la  vida de las personas que me precedan tenga una chispita más de energía positiva. . Me conformo con que sean muy pocas; el olvido forma parte de la naturaleza humana, y hay que ser muy pretencioso para aspirar a mucho más. Pero siempre he creído en la luz que se deja en la existencia de algunos seres humanos que por distintas circunstancias forman parte de nuestros días. 

Como es lo que hay, conviene tener sentido del humor hasta para el tema de la muerte.Una amiga de mi abuela María  -la misma que prohibió tajantemente a una de sus sobrinas más lloronas lamentarse de su pérdida, próxima según todos los indicios- les dejó bien dicho a sus descendientes quién no quería tener cerca cuando el Señor Dios decidiera darle cita, porque determinados conocidos hablaban en exceso y ya bastante los había escuchado en la vida terrenal. Para desdramatizar, mejor estuvo la hija de una anciana mujer de posguerra, dueña de una de las pocas máquinas de coser que había en el pueblo. Le costaba un disgusto cada vez que alguien le pedía prestados los servicios de ese novedoso invento. "Se la voy a meter en la tumba cuando usted se muera, madre. Verá que provecho le saca", le aseguró un día Feli, harta de tener que dar negativas a aquellas vecinas más humildes, que también tenían derecho a estrenar vestido el día de la Romería.

Es aleccionador, sin embargo, adentrarse en un cementerio alguna vez para recordar que no merece la pena tanto sufrimiento por banalidades, si al fin y al cabo todo termina en ceniza. De aquí a cien años todos calvos. Verdad verdadera. Me da risa la prepotencia, la avaricia o el espíritu de superioridad de algun@s, si por mucho que les pese tienen que acabar donde el más insignificante de los mortales. Demasiado tarde, una vez allí, para remediar esos sentimientos tóxicos, de odios y recelos infundados que mostramos hacia algún prójimo.

Os cuento que aborrezco esos lugares de lápidas frías, flores de plástico y casi siempre alguna corona reseca, sino algunos mausoleos que van quedando cubiertos por la hierba, con sus letras descolgadas y las fechas inciertas.Pero por respeto a quienes valoran una visita a sus antepasados, una vez al año me acerco a ese lugar,  "Éste es fulanito de tal, que tenía los mismos ojos azules de Manuel". "Oh, está a punto de desaparecer la tumba de Eugenio", qué gran tragedia la de sus dieciocho años truncados en un accidente en la mina". "Allí al fondo está José, podría haber sido un ilustre coyán , si un accidente de coche no hubiese truncado su carrera". "¿Os acordáis de Manolo .Aquel hombre tan cabezota?.Se casó ya de mayor con una mujer muy fina, sin embargo siempre se quisieron micho Ella está en un nicho porque tenía pavor a la tierra". "Aquellas letras irreconocibles esconden el nombre de Juan; el hombre que casi hablaba con las cabras". "¿Quién le traería las flores frescas a Celia ¿habrá encontrado aquel amor que siempre buscó?" Y así podríamos pasarnos todo un día, dando pinceladas a las vidas que ya no son porque en un pueblo pequeño, como bien dice mi padre,"ya hay muchos más muertos que vivos". Piensas también, mientras quitas algunas hierbas rebeldes que se cuelan testarudas  en busca la vida a pesar del cemento, que los recuerdos, salvo excepciones, no duran más de dos generaciones. Tres a todo lo más.

Me cuesta mucho mirar las fotografías de personas más jóvenes, próximas a mi generación, con las que compartí pupitre, acné y años de juventud. No quiero imaginármelos allí aprisionados, y alzo la cabeza un poco más para pensarlos transitando por otros lugares, libres y eternos. Nunca hubiéramos pensado en ese destino cuando recorríamos confiados los veranos de nuestra infancia. Los  dirigo a sus cosas de siempre; aquello que cada uno más amaba y que formaba parte de sus ser. Estoy convencida de que algo de ellos sigue a modo de esos desapercibidos aleteos de la mariposa que todos somos. Silenciosos compañeros, que dice Isabel Allende.

Luego, tras una de sus tapias, un lugar ya casi olvidado donde estuvieron aquellos que en una época de terror no eran considerados dignos de una tierra compartida. Las fosas comunes de la España más negra que ahora empiezan a cubrirse de flores o hierba más fresca y justa o un recuerdo a viva voz.; junto con personas totalmente anónimas al cabo del tiempo que, a la derecha o a la izquierda de esas tapias, tuvieron sueños, sufrimientos y momentos felices.

Y de vuelta a casa, tras la visita al cementerio donde están algunos de mis seres queridos,  con la sensación y la convicción de que lo esencial nos pasa la mayor parte del tiempo desapercibido por buscar algo que jamás llega y que el  hoy siempre es lo más importante que tenemos . La vida empieza cada día  y es un regalo prestado. Lo de menos será el destino de esas cenizas que nos acaban haciendo a todos iguales; allá cómo se imagine cada cual su última morada.



Fotografía: Una panorámica del pueblo de Soto de Agues,con la iglesia y el cementerio en el centro. Tomada de http://rascacheiro.blogspot.com.es/

viernes, 17 de octubre de 2014

Del color del dinero


Jorge Cepeda gana el Premio Planeta con "Milena o el fémur más bello del mundo"; una novela sobre la parte oculta y salvaje del alto poder. Tema éste de los abusos de las altas esferas siempre  de actualidad, pero más hoy por el asombro que siguen causando los últimos datos sobre el uso de las tarjetas de crédito ilimitado, a consta de los ahorros de quienes se ahogaban apretando el cinturón.  Una tarjetita oscura y, desde la primitiva hasta el pan,  pasando por putas, joyas y demás,  dicen las cifras ahora desveladas que salían gratis. Ni Pretty Woman en sus mejores sueños.  Un libro más esperanzador fue el finalista: "Mi color favorito es verte", de Pilar Eyre.

 En Asturias, cuna de luchadores por los derechos de los trabajadores, sigue la decepción por las presuntas actividades fraudulentas de un sindicalista.Los desengaños siempre son mayores cuando proceden de alguien que representa ideas en las que crees. Cuanto más confías en algo, tanto mayor es el desconcierto si un día te falla. Aunque en este caso, los negocios opacos del "somaugetista" eran un secreto a voces. Supongo que el miedo de unos, la impotencia de otros y los beneficios colaterales de unos cuantos más impidieron que no se destapase antes. Circulan asimismo desde hace años otras leyendas urbanas relacionadas con la erótica del poder que han dado lugar a muchos comentarios  dignos de novela entre negra y rosa, siempre presuntos. Con tal acumulación de desvíos de capitales, la veda está abierta y no es de extrañar que se extienda el dicho de que "quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón". A fuerza de puñaladas, la gama de colores ya se difumina entre las preferencias de quienes siempre han creído,a pesar de los pesares...

La canción del principio es una de mis favoritas, tal vez porque la escuché por primera vez en el Seat 127 de alguien que picaba carbón. Mi padre ¡Ay si Manuel Llaneza levantase la cabeza!. 

Feliz fin de semana para tod@s..Las predicciones apuntan a que el tiempo será bueno.

miércoles, 15 de octubre de 2014

De auxiliar de enfermería a heroína a su pesar

"Lee y conducirás,no leas y serás conducido" (Teresa de Ávila)
Tiene nombre de mujer voluntariosa, y nunca el Santo que hoy se celebra ha tenido tanto eco por la situación que atraviesa la Teresa más famosa de nuestro país en la actualidad. Probablemente, por cuestión de circunstancias en el paso de los siglos, pocas cosas tenga en común con la mujer más conocida de Ávila pero, de una hora para otra, esa chica que tenía un perro color canela, un perfil cotidiano; un trabajo poco valorado, algún  sueldo congelado, y unas expectativas vitales parecidas a las de de tantos españoles, se ha convertido, a su pesar, en el escaparate más visitado, siendo la vida y milagros de esta cuarentañera un secreto a voces para una mayoría de informados. En la boca y en el pensamiento -por la fuerza ahorcan- de las más altas esferas del Gobierno, Teresa Romero ya ha pasado a ser la heroína de este otoño por causa de un virus, que también se ha hecho famoso por aquí al empeñarse en cruzar fronteras .La culpa de ese hecho sigue viuda.

Los efectos colaterales, también han sido numerosos. El significado del Ébola -del que nos llegaban noticias que de puro lejanas las pasábamos por alto-  ha calado en los intereses de una mayoría de personas, que ya son conscientes de sus síntomas y sus efectos. Al mismo tiempo, un perro de nombre Scalibur, se ha convertido en un héroe de tragedia, y la drástica medida de su sacrificio ha levantado una de las polémicas más encarnizadas en los últimos tiempos, superando al famoso referéndum catalán. Cuando tecleas ahora en Google el conocido nombre, la espada medieval ya ha pasado a un segundo plano.

Alcorcón, un municipio de la comarca metropolitana de Madrid, ha vuelto a ser noticia. Si ya era sobradamente conocido para el resto de los españoles por el polémico asunto de Eurovegas, ahora reaparece en nuestras pantallas como el lugar donde vive la famosa auxiliar con su marido; una zona en la que hay un alto porcentaje de emigrantes de otras regiones, como el caso de la trabajadora sanitaria, de ascendencia gallega.

Las ventanas de la quinta planta del hospital Carlos III de Madrid ya no son desconocidas para nadie.Y la medida de su estancia en un hospital público ha llevado a plantearse ,no sin ironía, a muchos internautas que "si es tan buena la sanidad privada cómo no la han remitido a ella".

A golpe de hemerotecas,hemos sido conscientes nuevamente de la situación laboral de los trabajadores sanitarios de la empresa pública,la importancia de su trabajo, sus funciones en la escala laboral, y la necesidad de una cobertura económica más amplia para que el sistema público de salud continúe ofreciendo la misma calidad.

El pánico parece remitir entre aquellos que,de un modo u otro, han tenido contacto con la auxiliar.Tratada ahora con un suero antiviral, procedente de una persona que ha superado la enfermedad, las últimas noticias apuntan a que sus estado mejora levemente,dentro de la gravedad.

 "El libro de la vida" , escrito por Teresa de Ávila continúa abierto. Buena suerte para Teresa Romero y felicidades hoy a todas las Teresas.





jueves, 9 de octubre de 2014

Con aroma a mandarina


Fuera soplaba un viento cálido y suave, el mismo que tanto me gusta en cada Otoño. En nuestra cocina ya se respiraba el aroma de las primeras mandarinas. Apenas pude centrarme en la tortilla de patata que preparaba para cenar porque los síntomas anunciaban que llegarías pronto. No había seguido en vano los consejos del ginecólogo de subir y bajar escaleras los últimos días para que el parto no se demorase. Todo más recogido que de costumbre a esas horas, en mi habitación esperaba la bolsa azul con las cosas más necesarias; para el segundo ya has tenido tiempo de aprender que hay muchos enseres inútiles en el ajuar del bebé. Recuerdo que en la tele nos llegaban noticias lejanas del terremoto de Cachemira y otros vientos más huracanados. Tu hermano te reservaba la pulserita de moda de entonces y alguno de sus juguetes que la preadolescencia- que amenzazaba con llegar para quedarse- le impedía ya utilizar. Mientras el agua de la ducha recorría mi cuerpo pensaba en cómo serías, así como en el devenir de un parto que , no por ser conocido, me impresionaba menos. Todo lo contrario. Pero los miedos eran proporcionales a las ilusiones. De ahí que haya dolores más llevaderos a pesar de que estén en lo más alto de la escala.


Tampoco pude evitar mirar de reojo en el espejo, mientras me colocaba aquella camiseta amplia de margaritas blancas, azules y amarillas,  mi cuerpo a punto de reventar  y pensar en que si esos taitantos que se avecinaban responderían para cumplir con la nueva tarea que se me avecinaba; al mismo tiempo que cruzaba los dedos para que en breve cupiera en aquellos vaqueros cuya talla marca el límite de mi peso corporal y de la cual juré un día no pasar. Confieso que me animaron muchos los comentarios de la Quintana, que aquel mediodía hablaba de su segunda maternidad tardía. Con las correspondientes distancias circunstanciales, la esencia de la maternidad es común y aquellas palabras de aliento para tomar decisiones importantes sin mirar excesivamente el calendario, he de reconocer que sirvieron.

También para ese octubre estaba previsto que naciera la futura reina de España. Tres semanas después, mientras te echaba la crema hidratante tras el baño mañanero, escuché que se llamaría Leonor. Tiene cara de princesita -pero qué hijo no tiene ese grado en el reino de su hogar- y su destino, a fecha de hoy, sigue escrito en el mismo sentido, aunque no tan asegurado porque la opinión de que los reinados por voluntad divina ya no compaginan con las ideas de progreso e igualdad van en aumento. En la música Juanes tenía nostalgia de los Días de verano, Melendi caminaba por la vida sin pausa, pero sin prisa y Madonna nos aseguraba estar harta (Hund UP), al menos a través de su melodía más escuchada aquel otoño.

Por votación popular gobernaba el quinto Presidente de nuestra transición. Fue la época en que se llevaron a cabo reformas sociales de gran calado, como la legalización del matrimonio homosexual, la Ley de la Dependencia, el proceso de paz con ETA y la ley anti-tabaco. Luego, vendría la crisis, a la que todos los de tu generación no seríais ajenos porque ahí seguimos, y muchos avances sociales se quedaron en el camino;o al menos ese fue el pretexto. Intento contarte las cosas, ahora que ya puedes comprender, de la forma más justa y objetiva posible. Pero hay cuestiones que no admiten medias tintas. Tú, como es natural, haces que me escuchas, pero la atención se desvía más hacia los juegos de la Xbox. Sin embargo, procuro tener muy en cuenta eso de que los niños parecen que no te escuchan, pero te observan continuamente.

Era la madrugada del domingo y las calles que nos separan del hospital materno-infantil estaban casi vacías. En la radio del coche Carlos Baute nos regalaba su orden, su desorden, su horizonte, su  filosofía y su memoria, y yo pensé que también sería el mejor regalo para hacerte a ti.

De buena se libraron mis amigos y seguidores de las redes sociales -al menos en mi caso todavía no había había experimentado las mieles de esa adicción- porque seguramente les hubiera contado los dolores anteriores y posteriores al parto y las circunstancias anexas. Hoy solo unas líneas para recordar que los astros estaban bien alineados y la experiencia fue nuevamente irrepetible; nada particular con respecto al resto de padres, pero con ese sello único y particular.

En este tiempo me ha dado tiempo a convertirme, entre otras novedades, en una  Madre In-Perfecta, una bloguera de pequeñas cosas, y en una aprendiz de política a pequeña escala. Tal vez me aventuré en esta última experiencia, ahora que lo de los políticos está tan minusvalorado, porque me gusta desmitificar generalizaciones. Como "el tiempu pasa como una rescamplía", como decía ese abuelo que te contemplaba tantas veces exclamando "¡qué güeyos!", me adentré en la cincuentena sin tener claro aún casi nada, y con ese acopio de despistes que siempre arrastré, tal vez como pretexto para mis defectos. Tú, ya has tenido tiempo a hacerme preguntas; algunas de las cuáles no sé contestar porque forman parte de las incoherencias humanas, por lo que espero darte buenas herramientas para que sepas resolverlas mejor que yo.  Pero lo que sí puedo asegurar sin equivocarme es que has traído muchas cosas buenas a  mi mundo; un micro-universo mucho más complicado de lo que se adivina a simple vista.

Por otro lado, la música sigue templando ánimos a través de las ondas. Víctor Manuel canta de nuevo para nosotros esta canción tan bonita, o tal vez sólo suena en mi cabeza... Nada nuevo bajo el Sol.. ¡Felicidades!