domingo, 4 de noviembre de 2012

Por si se trasplantara el alma


El alma humana es una caja de donde siempre puede saltar un payaso haciéndonos mofas y sacándonos la lengua, pero hay ocasiones en que ese mismo payaso se limita a mirarnos por encima del borde de la caja, y si ve que, por accidente, estamos procediendo según lo que es justo y honesto, asiente aprobadoramente con la cabeza y desaparece pensando que todavía no somos un caso perdido. Saramago

Como en los últimos tiempos las noticias son tan inmediatas como efímeras,ya queda muy lejos la "comentada" frase de Mariló Montero: "No está científicamente demostrado que el alma no se transmita en un trasplante de órganos". Ya que no arriesgo ningún puesto de trabajo en TV, y mi popularidad es pequeñita, me atreveré a decir que, por una vez, y sin que sirva de precedente, puedo interpretar para bien y hasta comprender a la presentadora que  luce como nadie su melena un pelín recogida y que mejor mancha las manos de pasta para rebozar sin perder la elegancia.

No sé si manía, defecto, fantasía o todo ello junto, el caso es que acabo extrayéndole el alma incluso a la publicidad que buzonean en mi portal, a cuyos emisarios acabo abriéndoles siempre la puerta, a riesgo de alguna que otra bronca familiar. Si no me interesan los anuncios, los uso para no manchar la encimera o de salvamanteles en un apuro. Lo cierto es que cualquier papelito tiene su historia y de alguna manera siento que he de amortizarla.

De las minucias a los objetos con mayúsculas y de lo poco transitado a aquello que nos pertenece durante un periodo más largo, llámese casa,coche o abrigo, el alma invisible de los seres inanimados siempre me habla de algún modo. Qué decir del alma de nuestras partes vivientes...

Tan enigmático como el origen de la vida es el origen del alma. De ahí que Platón se preguntase insistentemente sobre las teorías de ese ente indescriptible. Su mito del "carro alado" es una muestra de sus obsesión por la esencia. Así que tal vez la reflexión de la presentadora navarra llevase al filósofo griego a alguna conclusión, que compartiría a buen seguro con Aristóteles para quien "aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos" era  el alma.

Alada y azul solemos imaginarnos esa esencia capaz de escapar de nuestra naturaleza mortal y vivir más allá del tiempo y el espacio; ajena a lo efímero y  salvadora de nuestros comunes aconteceres. Hay quien afirma que esa tejedora de sueños escapa de nosotros y puede llegar a los confines de cualquier otra compañera de ilusiones intangibles. Y, aún cuando siempre quisiéramos mandar en el alma, la misión es la mayoría de las veces imposible.

El sello único e irrepetible que aporta cada ser humano puede ser también considerado como ese concepto al que cada cual pone nombre y apellidos; junto con la extensión de sus actos, sus rasgos físicos y las pertenencias materiales en las que deposita su entusiasmo. ¡Cuánta necesidad tenemos en muchas ocasiones de creer que nos es posible quedarnos para siempre con el alma de quienes amamos!.

De maneras diferentes, andan revueltas estos días las almas de súbditos y gobernantes. Podrían cortarse en el aire los vuelos de sus diferentes sustancias y esencias . Importante en este punto citar,una vez más a Platón: "las almas superiores,una vez pervertidas, causan los más grandes males,así en los estados como en sus familias, pero si dirigen bien su vuelo hacen la felicidad del mundo..." .

Por si un día se trasplantara el alma me quedo con Chavela: "Todo lo he hecho a sabiendas y no me arrepiento de nada. Ni de lo bueno, ni de lo malo, ni de los momentos felices, ni de las tristezas... Al final, tengo el alma llena de paz y tranquilidad".


Fotografía: Yoli Iglesias


  










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