miércoles, 5 de febrero de 2025

Desde que os habéis marchado

"Lo llargu que se me faz un día y lo curtiu que se me faz un añu”, decía una vecina coyana. Inmersos ya en el devenir del nuevo año, pienso en ese dicho y en los vacíos que deja la gente que se va. Nada de particular eso de la muerte, “ye un camín que tenemos que andar tós”, comentaba otra lugareña, que concebía los avatares de la vida como algo natural, y tal vez recurriera a esa frase sin anestesia, como escudo para el dolor. Hago recuento de las personas que nos han dejado en el ya viejo 2024. Demasiadas ausencias en poco espacio de tiempo. En un concejo pequeño, como es el nuestro de Sobrescobio, cada falta se magnifica. A veces pienso en qué les contaríamos si nos encontrásemos de nuevo con esas personas que se fueron para siempre. Fantaseo con la imposible idea de topármelos en cualquier lugar y poder hablarles. Cuando la certeza del nunca más te produce un ahogo casi físico, ese imposible me produce consuelo. “Un recurso como cualquier otro para superar los momentos de desespero”, que diría mi terapeuta (si la tuviera). ¿Qué te contaría si volvieses? En el mundo siguen las guerras, las catástrofes, los sacrificios sociales a cambio de no se entiende muy bien qué, algún que otro progreso en beneficio de la humanidad, que se ve menguado con el avance del materialismo y de la supremacía de los poderosos. La inteligencia artificial es protagonista estos días, en que los avances tecnológicos producen tanto vértigo como los retrocesos en los derechos humanos. En las noticas cercanas, les hablaríamos de cómo sigue todo lo que amaron, les expresaríamos tantas cosas que quedaron por decir… Les contaríamos que lo que queremos ahora, después de su marcha, coincide con los deseos de Ángeles Caso: “Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno… Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado… Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí…” Sabed que ese puñaín de personas os seguirá recordando y, de alguna extraña manera, contando la vida.

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