Dice Pepa Bueno que empezó Octubre con vientos del Sur y aires del Norte. En nuestro país el debate sobre el independentismo catalán parece ser el huracán más poderoso. El tema de los refugiados continúa siendo la asignatura pendiente de toda Europa. El AVE que no llega ni se le espera de momento en Asturias y el uso de los fondos mineros suponen otro motivo de controversia política en nuestra región. En el capítulo de corrupciones, el caso Rato; otra presunta demostración deque la avaricia rompe el saco. En los tribunales nuevamente la crónica de Asunta Basterra, donde desubican las frías declaraciones del padre de la desafortunada víctima y la pasmosa pasividad de la figura materna,con el Orfidal como elemento sospechoso de un crimen aún por dilucidar. En las cosas del corazón, la saga de las Campos copa casi todas la portadas de la prensa rosa:; acompañarán a la hija de la Jurado en la celebración de su nueva boda. Los hay que no escarmientan. Enfín, mejor que el amor siga siendo testarudo a pesar de los pesares. En temas de humor -el más inteligente de los sentidos- un Goya de honor para Mariano Ozores. Nos llegaron también por estas Redes noticias de una tragedia más cercana, a la que pusimos nombres y apellidos, y que nos ha entristecido aún más esta semana. La muerte digna vuelve a ser objeto de debate y cuesta creer que alguien no esté de acuerdo con el derecho de dejar este mundo con el menor dolor posible y la máxima dignidad.Por lo demás, pienso más que nunca en el dicho que uno no deja de ser un niño mientras tenga un padre a quien acudir. Será por eso que tengo la sensación de que algo ha cambiado para siempre en mí.
Apenas dos tardes me ha llevado leer el libro de Pilar Eyre, Mi color favorito es verte. He de reconocer que con el morbo añadido de que la periodista asegura que es su historia real. Sin embargo, supongo que algo de ficción habrá intercalado en la narración de su aventura, por aquello de que lo que se recuerda es más de lo que se vive; amén de que un poco de imaginación siempre adorna los hechos y hace más atractiva una vivencia. Pero entretiene la novela de una señora rondando los sesenta que vive una intrigante historia de amor con un hombre mucho más joven envuelto en el misterio. Es oxigenador también leer con qué naturalidad la escritora asume fumarse un porro de cuando en cuando, en esa edad ya en que uno no se pierde tan fácilmente. Asimismo.Pilar nos deja constancia de que confesar determinadas intimidades deja patente que el pudor es relativo según se tengan veinte, cuarenta o sesenta, haciéndola más cercana a pesar de sus logros periodísticos y literarios. Anima que nos recuerden que uno puede vivir plenamente en cualquier etapa de su vida si las circunstancias son propicias. No quiero destrozar el final, pero os podéis figurar cómo terminan estos cuentos de amor imposibles.
Apenas dos tardes me ha llevado leer el libro de Pilar Eyre, Mi color favorito es verte. He de reconocer que con el morbo añadido de que la periodista asegura que es su historia real. Sin embargo, supongo que algo de ficción habrá intercalado en la narración de su aventura, por aquello de que lo que se recuerda es más de lo que se vive; amén de que un poco de imaginación siempre adorna los hechos y hace más atractiva una vivencia. Pero entretiene la novela de una señora rondando los sesenta que vive una intrigante historia de amor con un hombre mucho más joven envuelto en el misterio. Es oxigenador también leer con qué naturalidad la escritora asume fumarse un porro de cuando en cuando, en esa edad ya en que uno no se pierde tan fácilmente. Asimismo.Pilar nos deja constancia de que confesar determinadas intimidades deja patente que el pudor es relativo según se tengan veinte, cuarenta o sesenta, haciéndola más cercana a pesar de sus logros periodísticos y literarios. Anima que nos recuerden que uno puede vivir plenamente en cualquier etapa de su vida si las circunstancias son propicias. No quiero destrozar el final, pero os podéis figurar cómo terminan estos cuentos de amor imposibles.
Por otra parte, empieza el tiempo de darse de bruces con la realidad y sentir el dolor de pensar que ya nunca más veremos a esa persona tan importante en nuestra insignificante vida; porque apenas hormiguitas somos vistos desde el cómputo del universo. Aunque bajo la lupa de nuestra individualidad cada objeto personal suyo produce una nostalgia casi física en mi corazón. Tengo miedo a que se me borre su olor, su risa, su voz... e intento atraparlos cada día. Los psicólogos le llaman duelo, y dicen que esa pena primera va pasando. Pero hasta me produce angustia la posibilidad de que el tiempo consiga que el recuerdo no haga daño...
Buen fin de semana, el mes de los colores cálidos ha vuelto ajeno a las nuevas ausencias y las noches se hacen más largas sin importarles que eso incrementa muchas penas..Octubre, sin embargo, siempre supondrá la llegada de nuevas vidas a mi casa, y el olor a mandarina me recuerda que en todo momento hay algo por lo que seguir rodando.
Buen fin de semana, el mes de los colores cálidos ha vuelto ajeno a las nuevas ausencias y las noches se hacen más largas sin importarles que eso incrementa muchas penas..Octubre, sin embargo, siempre supondrá la llegada de nuevas vidas a mi casa, y el olor a mandarina me recuerda que en todo momento hay algo por lo que seguir rodando.
Te mando un montón de besos y otro montón de abrazos muy, muy cálidos, a ver si reconfortan aunque sea un poquitín ese corazón tuyo que ahora está como el tiempo de otoño: lleno de añoranzas de días más luminosos, pero lleno también de los colores y aires que, si bien nos empujan a la nostalgia, también nos reconcilian con la vida, y nos hacen aceptar que somos parte de este bello mundo que nunca se para. Pase lo que pase lo vivido lo tenemos y nada ni nadie nos lo puede arrebatar.
ResponderEliminarGracias, mi querida amiga. Por supuesto que reconfortan esas muestras de afecto. A veces, me dan ganas de dejar de escribir y airear sentimientos, pero es una droga demasiado fuerte para mí y los dedos me van solos al teclado... Un gran abrazo.
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